miércoles, 21 de junio de 2023

La iglesia de la Misericordia (2): una breve historia de la iglesia.

 


La iglesia de la Misericordia está situada en el número 6 de la calle que lleva el mismo nombre en honor a la iglesia y, sobre todo, del antiguo Hospital de la Misericordia. 

Aunque la iglesia nació como católica y así se levantó y se decoró, en la actualidad sirve de reunión para los ortodoxos de rito rumano que celebran su eucaristía los domingos por la mañana, momento que hay que aprovechar para poder ver la iglesia. 

Después de esta introducción poniendo en valor el momento actual uso del edificio pasemos a conocer su historia. Quien mejor nos lo explica es Antonio J. Albardonero Freire en su estudio "La iglesia nueva del Hospital de la Misericordia. Un proyecto de Antonio Maeda con importantes colaboraciones (1595-1606)". Esto dice:

La empresa constructiva de la iglesia comenzó con la adquisición a tributo perpetuo del edificio contiguo a la casa que había sido el Hospital de la Concepción, el cual fue sacado a subasta anunciada por el pregonero Cristóbal de Carmona en 1594.

No sería hasta el año siguiente cuando se trató en el cabildo de la Hermandad de la Misericordia la necesidad de construir la nueva iglesia, para ello nombraron comisión que buscara arquitecto entre los mejores y más expertos de la ciudad. En concreto las condiciones dadas a la comisión fueron las siguientes "procuren aver toda las trazas de los mejores maestros y mas espertos en que anse por thomar la que mejor pareciere para el edificio de la yglesia". 

Pocos días después la comisión presentó al cabildo como candidato a Asensio de Maeda, la elección no debió resultar difícil pues entonces era el maestro más destacado del momento y desempeñaba el cargo de maestro mayor del arzobispado y de la catedral. 


Cumpliendo con el encargo, el arquitecto presentó el 25 de julio de 1595 un proyecto que el escribano del cabildo describió del siguiente modo "la iglesia que traxo traçada es de [desde] el altar de santa barbara [existente en la capilla vieja] para adelante anzia el hospital comprado, se le den treinta baras de largo que son nobenta pies y se le de el ancho que convenga conforme a este largo y honze baras de largo que quedan sean para recivimiento". En la sesión se solicitó al cabildo que diera su parecer y liquidase al maestro los honorarios del proyecto, la cantidad fue generosa: 8.000 maravedís que son los veinte escudos de oro que refiere el mismo documento.

Definitivamente la hermandad acordó aprobar el proyecto de Maeda en el primer cabildo de septiembre de ese año: "En este cavildo se acordo que se haga la yglesia que se a de hazer nueva en este hospital a la traça y modelo que dará Asençio de Maheda maestro mayor como lo a platicado el señor padre mayor en el hospital" y de forma consecutiva se comenzaron a dar las ordenes para que la comisión de la obra de la iglesia acordara con los alfareros la fabricación y entrega de los ladrillos necesarios y en el mes de mayo de 1596 solicitaron a los caleros el suministro de cal para los cimientos y reclamaron los ladrillos ya en su día apalabrados.



No sabemos por que razón, seguramente de índole económica, las obras se atrasaron y dos años después en el mes de junio de 1598 se acordó que debía nombrarse una nueva comisión gestora para comenzar a construir la nueva iglesia, pues según se dijo en el cabildo de la hermandad tenían el solar oportuno que, además, por ser a tributo estaba ocasionando unos gastos no aprovechados mientras no edificaran el templo. El cabildo pidió el preceptivo consentimiento de la comisión económica que lo concedió, en contra de lo que posiblemente ocurrió en 1596, cuando las obras no pudieron continuarse debido a la falta de recursos. 

Definitivamente el cabildo de la Hermandad acordó el 5 de julio de 1598 el comienzo de las obras, a las que se asignaron mil ducados, que después fueron 377.950 maravedís anuales de las rentas de la casa y también se nombró la comisión presidida por el sacerdote Tomás Gómez, la cual se encargó de comprar los materiales y reunir los efectivos necesarios para su continuidad. La comisión de la obra de la iglesia debió constituirse de inmediato pues en las actas del cabildo de la hermandad del 2 de agosto se pude leer: "[...] y en quanto a la traça y orden de el edificio se cometio a los dichos señores padre mayor y thomas gomez y a los señores licenciado hortiz de pineda y juan ponçe de leon y francisco de sama clerigo y doctor urban perez de bibero para que hagan y ordenen lo que mas convenga". 

La documentación conserva noticias sobre la organización económica de la obra, pero nada posee sobre la organización del trabajo a excepción de una liquidación de haberes al entonces aparejador de la Lonja Alonso de Vandelvira (1544 - ha. 1626/27).


No sabemos a que se debió la necesidad de buscar un arquitecto, que según consta en la documentación realizó unas trazas, pues sólo hacía tres años que Maeda le había entregado unos planos y maqueta para la obra iglesia que entonces pensaban ya construir, es posible que el edificio proyectado por el granadino Maeda no fuera del todo satisfactorio, quizá por el coste o por no ajustarse a los gustos de los capitulares, aunque también cabe la posibilidad de que la referencia de las trazas de Vandelvira sólo sea una mención genérica, y en él la comisión sólo buscara un maestro mayor que dirigiera la obra o rectificase ciertos aspectos menores del proyecto de Maeda. 

Sobre el maestro Vandelvira en la documentación tan sólo recoge: "3.400 maravedis que pago a alonso de Elvira aparejador de la obra de la lonxa por la trasa y modelo que dio de la obra de la yglessia que se avia de hazer en el hospital de la consepcion y de los pago por horden del señor padre mavor de dicho año". En esta referencia se le piden unas trazas, ahora bien, no sabemos su alcance, no obstante ante esta noticia debemos replantearnos la autoría del proyecto, aunque es cierto que la iglesia que ha llegado a nuestros días responde a las medidas dadas en la documentación sobre el proyecto de Maeda, y además parece que la cuantía cobrada por Vandelvira es menor al cuarenta por ciento de lo cobrado por Maeda, esta diferencia en el importe quizá sea indicio de la actividad de Vandelvira, posiblemente una modificación de algunos aspectos o de la decoración del edificio proyectado por el primero. 

Por tanto ante los datos que actualmente conocemos nos inclinamos a sostener que la autoría es de Maeda con la posterior colaboración de Vandelvira, al que el mismo escribano del cabildo del hospital sólo lo califica como aparejador de la obra de la Lonja, luego un profesional de menor relevancia que la del primer arquitecto Asensio.


La iglesia posee planta y un pequeño presbiterio rectangular. Todo el edificio constituye una estructura espacial articulada por el orden toscano, y conectado con un sencillo entablamento moldurado que circunda todo el perímetro. 

Consta de tres naves de cinco tramos, compartimentada longitudinalmente por medio de arcos de medio punto algo rebajados que apean sobre columnas toscanas de mármol blanco. La nave central es más elevada que las laterales y cubierta por una bóveda de medio cañón con lunetos que recogen ventanas termales; el cuerpo intermedio tiene en cada uno de los cinco tramos, separados con pilastras esquemáticas y de poco relieve, una ventana que abría desde la tribuna hacia la nave central de la que sólo queda la elaborada celosía del siglo XVIII, las ventanas en la actualidad están cegadas y de ellas no nos consta ninguna molduración. En especial destaca el cuerpo bajo por una insólita arcada de cinco arcos por lado. 

En este, por primera vez se usó el arco sobre columnas en un espacio litúrgico en la ciudad de la Edad Moderna, eran columnas toscanas de mármol blanco. Asimismo las naves laterales están cubiertas por bóvedas rebajadas de aristas sin arcos, ni pilastras en el muro, que señalen los tramos. En los muros y bóvedas de las tres naves hay una decoración con sencillas cartelas geométricas al gusto manieristas y sobre las columnas en la nave principal continúan unas pilastras en el cuerpo medio.

Resulta significativo y hay que hacerlo notar que las ocho columnas que necesitaron para levantar el edificio se compraron seis al Hospital de las Cinco Llagas procedentes probablemente de las canteras de Estremoz en Portugal' y otras dos a distintos particulares, pues bien en su ubicación las dos que no pertenecen al grupo mayoritario no están colocadas al pie de la iglesia como le correspondería por su menor importancia litúrgica, antes bien se dispusieron en la fila más próxima al altar. Este particular es muestra de que el espacio que más interesaba cuidar a los hermanos era aquel que se abría a la calle, de modo que desde la puerta la percepción espacial fuera uniforme en las columnas, pues al entrar se ven directamente las dos últimas filas de soportes de mármol del templo, por esta razón desplazaron las columnas que no hacían juego a un lugar inusual por el rango ceremonial, el que está más próximo al altar, y con ello consiguieron ocultar la diferencia con el resto del conjunto a los visitantes que entraban desde la calle. 


No debemos insistir por ahora en las consideraciones descriptivas para las que la iglesia además es de estructura sencilla y no es la más rica en elementos decorativos, salvo las cartelas geométricas de yeso que tiene en las claves de cada tramo de bóveda de todas las naves, en las que quizá se pueda adivinar la colaboración de Alonso de Vandelvira. 

Tampoco nos detendremos de momento en el enriquecimiento posterior con bienes muebles y con los retablos de Bernardo Simón de Pineda pues se aparta del periodo en que se realizó el templo. 

Por el contrario debemos insistir en la importancia que la organización tipológica tuvo pues por primera vez Asensio de Maeda la utilizó en un espacio de culto en Sevilla, tipología que tuvo gran éxito después en otros templos: se reprodujo el modelo con variantes en la iglesia hoy muy transformada del antiguo colegio de San Gregorio de los Ingleses (fundado en 1592) en la calle Alfonso XII; en la del convento de San Benito (1610-1612) de Juan de Oviedo sobre inusuales columnas dóricas pareadas o en la del hospital de Nuestra Señora de la Paz (1611-1613) de Andrés de Oviedo 16 También se utilizó en la obra civil del apeadero de los Reales Alcázar (1607-1609) de Vermondo Resta que pese a ser un espacio de tránsito de coches fue concebido como un espacio muy cuidado de aspecto basilical levantado sobre columnas duplicadas. 

Estos interiores sobre columnas monolíticas de mármol se adoptó en muchos templos, como en el hoy desaparecido del antiguo colegio de San Patricio de los Irlandeses (o de los Chiquitos), fundado en 1614 en la actual calle de Jesús del Gran Poder!; o en la iglesia de Santa María la Blanca y más tarde en las parroquias de la O en Triana, en San Nicolás de Bari, en San Roque o en la iglesia del Buen Suceso del antiguo hospital de los hermanos obregones. Estos edificios son muestra del éxito de esta tipología a la vez que las columnas también fueron adoptadas a nuevos usos en distintas partes en templos de la ciudad, como fueron el apeo de coros, y el soporte de pórticos en los atrios conventuales como ocurre en el templo del antiguo convento de San Antonio Abad de la calle Alfonso XII.


En el proyecto de la iglesia de la Misericordia, Asensio de Maeda demostró también su enorme libertad al realizar una arquitectura con gran singularidad constructiva al levantar una creación diáfana que pese a tener una arquitectura sobria se manifiesta como una iglesia muy armónica que convenció a otros arquitectos y sirvió de ejemplo para la definición e imitación tipológica.

Por último, sobre el edificio de la iglesia de la Misericordia sólo nos queda por considerar la portada de la iglesia que es muy sencilla, y sobre ella podemos decir que es difícil fecharla y determinar las reformas que pudieron alterar el estado primigenio, sólo debemos tener en cuenta que está configurada por un vano adintelado flanqueado por pilastras y rematado por un pequeño ático; esta puerta se abre en la nave del evangelio.


Bibliografía: "La iglesia nueva del Hospital de la Misericordia. Un proyecto de Antonio Maeda con importantes colaboraciones (1595-1606)", de Antonio J. Albardonero Freire.

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