La fachada principal de la iglesia está situada en la Calle Santa María la Blanca y tiene forma de fachada con torre sobre una portada típica de estilo gótico con arco apuntado y con dos arquivoltas interiores poco lustrosas y otra exterior con decoración de punta de diamante.
Sobre la puerta aparece una inscripción en latín indicando que "esta es la casa de Dios y la Puerta del Cielo" (Hac est domus Dei et Porta Coeli, 1741).
Más arriba nos encontramos con tres cuerpos en los que se divide la torre. El primero tiene una decoración de ladrillo visto y sobre la fachada existen dos vanos de ventanas con arcos de medio punto. En el segundo cuerpo están dos de las campanas del templo incrustadas en dos huecos verticales con arcos de medio punto bajo un frontón partido.
En la parte más alta nos encontramos la espadaña del templo con una pequeña campana y una cruz de hierro.
A comienzos del siglo XIX se colocó al exterior del templo, derecha de la portada, un retablo de Ánimas, que fue costeado por doña Ignacia Sonet. En Cabildo de 19 de enero de 1805 consta que esta dama “había dado una crecida limosna” para tal fin. Por bienhechora fue recibida al día siguiente en la Hermandad del Santísimo. De este retablo, que sería de pinturas como era costumbre, no queda nada. En su lugar se ha instalado un retablo cerámico de la Virgen de las Nieves, imagen titular del templo cuya adovocación derivó el nombre de Nieves por su color, la Blanca, conociéndola popularmente por Santa María la Blanca.
Este retablo fue pintado por Antonio Morilla en el año 1957 y fabricado en el taller de Pedro Navia.
En su tesis doctoral, Francisco J. Vallecillo Martínez decía lo siguiente de ella: "La imagen, orlada por su ráfaga, se recorta sobre fondo oscuro. Lo más destacado de este retablo es la originalidad de la estructura que lo enmarca: un par de pilastras, decoradas con angelotes atlantes y cariátides, sostienen un frontón de medio punto, en el centro del cual aparece el escudo de esta Hermandad, rodeado por una filacteria con la leyenda. El arco se remata con la fecha, 1957, en el interior de una cartela. Desde media altura de las pilastras surge una decoración de rocallas, con el azulejo recortado siguiendo el contorno del dibujo, que rodea toda la parte inferior."
La colocación del retablo de la Virgen de las Nieves fue promovida en 1957 por el hermano D. Fernando Rámila Cuadrado, entonces mayordomo de la Hermandad, que por la relación profesional que mantenía con Pedro Navia, tuvo claro cuál sería la fábrica trianera donde se realizara el encargo.
Pedro Navia subencargó con Antonio Morilla la pintura de la imagen y el marco se hizo en su taller de la calle Ruiseñor, por Manuel García Ramírez, que firma en el marco como M.G.
(Datos facilitados a Martín Carlos Palomo García por Dña. Regla Alarcón, Viuda de D. Fernando Rámila, en el año 2000 y publicados en www.retabloceramico.com).