Sobre las arquivoltas de la portada existen diez tabernáculos en los que se ajustan diez altorrelieves, dos de ellos, los más cercanos a las jambas, dedicados a des profetas del Antiguo Testamento, el resto son ancianos y ángeles.
¿Acaso mentía el gran Silvio Fernández cuando decía que "Sevilla no tiene que demostrar que es la ciudad más bonita del mundo"? Así es Sevilla, un lugar que enamora por sus rincones únicos, piedras antiguas y cantes hondos que se mezclan entre históricos palacios reales y soleadas alamedas, una ciudad que se mece sobre las plateadas aguas del Guadalquivir y es acunada por un cielo tan luminosamente azul que merece escribirle los versos más bellos del mundo.
viernes, 2 de agosto de 2013
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