Si obviáramos cada uno de los retablos cerámicos que la ciudad de Sevilla ha dedicado a cada uno de sus Cristos y de sus Vírgenes, la figura de San José es una de las más reclamadas por estos pequeños altares callejeros de nuestra ciudad como ya hemos visto en ocasiones anteriores.
¿Acaso mentía el gran Silvio Fernández cuando decía que "Sevilla no tiene que demostrar que es la ciudad más bonita del mundo"? Así es Sevilla, un lugar que enamora por sus rincones únicos, piedras antiguas y cantes hondos que se mezclan entre históricos palacios reales y soleadas alamedas, una ciudad que se mece sobre las plateadas aguas del Guadalquivir y es acunada por un cielo tan luminosamente azul que merece escribirle los versos más bellos del mundo.
sábado, 13 de abril de 2013
San José, en la Calle Teodosio.
Si obviáramos cada uno de los retablos cerámicos que la ciudad de Sevilla ha dedicado a cada uno de sus Cristos y de sus Vírgenes, la figura de San José es una de las más reclamadas por estos pequeños altares callejeros de nuestra ciudad como ya hemos visto en ocasiones anteriores.
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