Justo enfrente del retablo de San Juan Evangelista, al otro lado de la Iglesia, y más cercano al altar mayor, nos encontramos el retablo de San Juan Bautista policromado por Agustín Colmenares, datado entre 1575 y 1585. En la parte central del arco se representa el bautismo de Cristo, estando rodeado por relieves que muestran escenas de la vida del Bautista.
Siguiendo por este lado, alcanzamos el retablo de la Virgen del Rosario, del siglo XVI y muy probablemente también de Miguel Adán. En el arco central encontramos, de izquierda a derecha, a Santo Domingo de Guzmán, la Virgen del Rosario y Santo Tomás de Aquino.
En los lados y el ático aparecen relieves con representaciones del Santo Rosario, los evangelistas y otros Santos.
Por último y a los pies de la nave, la capilla del Correo Mayor de Sevilla don Rodrigo de Jerez, de pequeño tamaño, pero gran importancia artística por su artesonado, paños cerámicos de gran valor y una pintura sobre tabla atribuida al círculo de Pedro de Campaña. Se encuentra en un estado muy delicado y precisaría de atención urgente para evitar el desprendimiento de los zócalos cerámicos.
Toda esta capilla es del siglo XVI.
1.- Retablo de San Juan Bautista.
En el muro derecho del templo se encuentra el retablo dedicado a San Juan Bautista. En su hornacina principal figura la representación escultórica del Bautismo de Cristo y en los laterales distintos episodios de la vida del Bautista. A los pies del retablo figura un zócalo de azulejos de fines del siglo XVI, atribuido a Roque Hernández.
2.- Retablo de la Virgen del Rosario.
El segundo retablo de este muro derecho está dedicado a Nuestra Señora del Rosario, cuya imagen preside la hornacina principal, estando flanqueada por esculturas que representan a Santo Domingo y a Santo Tomás de Aquino; en el segundo cuerpo del retablo figura una pintura de Nuestra Señora del Popolo.
Los numerosos relieves que adornan los laterales y el frente superior del retablo tienen como temas los misterios del Santo Rosario. La realización de este conjunto escultórico fue patrocinada en 1593 por doña María Casaus, que fue religiosa en este convento.
3.- Capilla de don Rodrigo de Jerez.
Al fondo de la nave se abre la capilla de don Rodrigo de Jerez, Correo Mayor de Sevilla, quien la costeó en 1570. La capilla está precedida por una reja fechada en 1573 y su interior es de planta cuadrada. Sus muros se recubren de azulejos y yeserías de la fecha de construcción de la capilla. El retablo, también fechable hacia 1570, alberga una pintura sobre tabla, ejecutada en décadas anteriores, y que a pesar de estar muy repintada muestra un estilo próximo al de Pedro de Campaña. Representa el tema del Calvario en el momento en que Longinos clava su lanza en el costado de Cristo y puede fecharse en torno a 1550.
En este muro derecho de la nave y sobre la puerta de la sacristía figura una pintura que representa el Martirio de San Lorenzo, obra flamenca de mediados del siglo XVII, atribuible al pinto barroco flamenco Pieter van Lint, nacido en Amberes en 1609 y del que podemos ver una "Adoración de los pastores" de gran formato, con los personajes a tamaño natural, en el Museo de Bellas Artes de Sevilla.
Una reciente investigación ha arrojado luz sobre la fundación de la Hermandad de la Lanzada a finales del XVI en la collación de San Nicolás, sus actores principales y su relación con esta capilla de la iglesia de Madre de Dios.
El papel protagonista lo desempeña la familia Jerez, el padre Rodrigo, y el hijo Pedro. El escenario es la capilla del convento de Madre de Dios de la Piedad que estamos estudiando en el día de hoy. La escena que se presenta como prueba está pintada por Juan Bautista Vázquez El Viejo, y los motivos son el afianzamiento de la religión cristiana y la dote de una nieta que por aquellos años había tomado los hábitos.
La investigadora que ha realizado estas nuevas aportaciones por petición de la hermandad es Aurora Ortega, archivera de la Real Parroquia de la Magdalena.
Hasta el momento la corporación del Miércoles Santo había ciertamente fundamentado su fundación en la parroquia de San Nicolás, y el arranque de esta nueva institución con la fusión con la cofradía de la Virgen de Guía, procedente del barrio de Triana.
“Sabemos que la Virgen de Guía era la titular de una hermandad que había fundado personas vinculados con el transito marino. Creemos que estaba conformada por marinería de base. Su sede dicen que era el convento del Espíritu Santo de Triana, pero lo cierto es que nada se dice en los libros que se conservan en la Diputación de Sevilla sobre esta sede y la Virgen de Guía. Pudiera ser que esta advocación se encontrara en cualquiera de los otros dos hospitales reducidos de la collación de Santa Ana en Triana: el hospital de Santa Catalina y San Bernardo o el de Nuestra Señora de las Cuevas”, apunta la investigadora.
En torno a esas mismas fechas, 1570-1580, la poderosa familia Jerez, con cargos importantes en el gobierno sevillano y en el Consejo de Indias, está instalada en la collación de San Nicolás.
El padre, Rodrigo de Jerez, era el Correo Mayor de Sevilla que ejercían una doble función con el cargo de correo Mayor de Indias. Entre sus obligaciones estaba la de informar al Consulado de Mercaderes y controlar el correo que iba y venía del Nuevo Mundo. Su hijo Pedro era un jurado y el pagador de galeras y toda la Armada. Ambos contaban con despachos en la Casa de la Contratación.
“Ellos, además de conocer la existencia de la Hermandad de la Virgen de Guía, también podían saber que se quedaba sin sede. Recién habían comprado una capilla en el Convento Madre de Dios, un espacio cuadrangular con dibujos en las yeserías, una magnifica reja donde se lee la leyenda de la titularidad de dicha capilla, y donde mandan pintar en el retablo principal una escena del Calvario con la Sagrada Lanzada, atribuida por algunos historiadores a Juan Bautista Vázquez El Viejo y por otros a Pedro de Campaña”, señala la historiadora Aurora Ortega.
La investigación realizada ha llevado a encontrar en el Archivo de Indias dos Privilegios de Juros vinculados directamente con esta familia. El primero de ellos, el número 4, es un Privilegio de Juro que le da Felipe II a Rodrigo de Jerez porque después de las guerras con Francia, los turcos y otras contiendas, las arcas reales quedaron vacías.
Don Rodrigo prestó a la corona 164.392 maravedíes que se le devolverían a razón de 14.000 maravedíes al año con un incremento del 10%, y en caso de fallecimiento a sus herederos. “Aquí ya vemos que la solvencia económica era importante. Además tenía negocios de oro y plata con el mercader Juan Sánchez de Flandes”, apunta Ortega.
El segundo expediente es otro Privilegio de Juro de Felipe II, en el que se habla de la dote de la nieta del Correo Mayor, Sor María de San Jerónimo que entró en el convento el 10 de junio de 1562.
Todos estos datos inducen a pensar a que esta poderosa familia fue la fundadora en su parroquia de la Hermandad de la Lanzada.
Ellos conocían que la Hermandad de la Virgen de Guía estaba languideciente y propician la fusión. Aurora Ortega calcula que fue en torno a 1585 o 1587.
“Compran la capilla cuando la nieta entra en el convento y la van construyendo a su gusto. La escena elegida, tengamos en cuenta que lo habitual hubiera sido un Crucificado o un Descendimiento, no es casualidad. Ahí está Longinos, que ocupa parte prominente del retablo ”, sostiene Aurora Ortega.
Por lo tanto la intención es clara, abunda la investigadora: “La collación está documentada que fue San Nicolás y la fusión con la Virgen de Guía está nombrada en un edicto de Felipe de Haro en 1602 publicado para que las hermandades de Sevilla guarden el orden establecido en la procesión del Corpus. Y por último, está la intención de la familia Jerez, que seguramente provenían de judeoconversos, de afianzar o asentar su fe cristiana. Se puede decir que estos dos señores fueron los fundadores de la Hermandad de la Lanzada”, concluye la investigadora.
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