domingo, 31 de octubre de 2021

La Iglesia de San Román (11): El Altar Mayor.

 


Tras la destrucción de la Iglesia de San Román acaecida en el año 1936, una de las pérdidas más notables fue la del retablo mayor que José de Escobar proyectó en el año 1702 y que presidía el presbiterio del popular templo sevillano. Se salvaron una pintura mural del Tránsito de San Román, así como los padres de la Iglesia en las pechinas y tres escenas pictóricas en las paredes laterales: la Adoración de los Pastores, la Cena de Emaús y la Última Cena.

La primera idea a la hora de proceder al acondicionamiento del presbiterio en la posguerra fue la de suprimir estas pinturas, colocar en su centro al Crucificado de la Reconciliación -interesante imagen del siglo XVII que procede del Convento de la Paz-, a un lado la efigie de San Román y a otro la Milagrosa que labrara el imaginero Antonio Castillo Lastrucci. 

Finalmente, se optó por desmontar la Capilla del Asilo Virgen de los Reyes y tres de sus retablos, así como varias pinturas, fueron a parar a la Parroquia de San Román.


El retablo mayor está fechado en el primer tercio del XVII, tiene dos cuerpos y ático. El banco es bastante posterior, del siglo XX, combinando la madera dorada y los espejos. 

El primer cuerpo de la pieza tiene en su calle central un camarín de madera forrada con damasco rojo donde aparece una bellísima Virgen con el Niño del XVIII, de autor anónimo. La talla mariana, sobre peana dorada en oro fino, mide aproximadamente 130 cm y es de gran calidad. Tanto la Madre como el Hijo que lleva en sus brazos poseen interesantes coronas de plata decoradas con rocalllas.


Al lado izquierdo de la Virgen se halla San Rafael, mientras que San Fernando se sitúa a la derecha. Ambos son piezas del siglo XIX. La embocadura de sus camarines es cuadrada y primitivamente estaban en ellos dos pinturas, actualmente desaparecidas. 



Por último, el segundo cuerpo queda presidido por el titular del templo, figurando a sus lados sendas pinturas que representan a San Sebastián y San Roque, y el ático del retablo queda rematado por La Trinidad al centro y a los lados las virtudes cristianas de La Esperanza y La Fortaleza. 

Aunque no se han encontrado datos históricos precisos, parece que el ático estuvo en el Hospital de San Hermenegildo hasta 1837, año en el que pasó al Hospital de las Cinco Llagas. Tras ser desmembrado y desposeído de su pintura central, pasó al asilo de la mendicidad, y en 1959, llegó a la capilla del Hogar Virgen de los Reyes procedente de dicho asilo. La ensambladura fue obra de Diego López Bueno en 1603 y las tres pinturas del ático (la trinidad, la templanza y la fortaleza) de Alonso Vázquez Juan de Úceda.




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