La sala más bella de los antiguos baños almohadas del Bar Giralda es, sin duda, esta que vamos a ver en el día de hoy: la sala del agua templada, cuya denominación original era Al-bayt-al-wastani.
La sala tiene forma cuadrada con tres puertas, una que da a la sala del agua fría, otra que da a la sala del agua caliente y la última de da salida a la calle Mateos Gago.
en el centro de la sala existe una cúpula de ladrillo con forma octogonal que descansa sobre cuatro arcos y éstos a su ver sobre cuatro columnas de mármol blanco con capiteles sencillos y desiguales.
De la reciente restauración salieron a la luz una serie de pinturas murales de gran calidad únicas en España, mucho más amplias de lo que en principio se esperaba encontrar. Los restauradores han constatado que se conserva casi toda la decoración original debido, en gran medida, al excelente mortero de cal con el que está pintado.
El descubrimiento ha sido tan importante porque se trata, además, del único baño islámico que ha llegado a la actualidad con una decoración integral, con unas bóvedas completamente cubiertas de pinturas o un paño con decoración geométrica que cubre el dintel de la puerta.
A través de este arco, que nos recuerda a algunos detalles del Alcázar sevillano o a algún rincón de la Alhambra granadina, se pasaba a la sala de las aguas calientes (Al-bayt-al-sajum). Actualmente la sala es muy pequeña y no tiene prácticamente espacio visitable a excepción del que se ve a simple vista.
Lo que sí es verdad es que ya notamos a ver al Bar Giralda con los ojos de antaño. Ahora podremos tomar una cerveza o una manzanilla imaginándonos a los hombres almohades del siglo XII disfrutando de un baño bajo la cúpula de ladrillo que nos cobija.
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