Muy cerca de la Iglesia de San Isidoro, en la confluencia de tres calles (Estrella, Argote de Molina y Manuel Rojas Marcos), nos encontramos con la Iglesia de San Alberto de Sicilia (levantado por la Orden del Carmen Descalzo), aunque es más conocida como Oratorio de San Felipe Neri por estar regida en la actualidad por esta congregación de oratorianos.
Esta es, brevemente explicada, su historia.
Benito Enríquez, fraile de la Casa Grande del Carmen de Sevilla, era el confesor de Bernardina de Salazar, viuda de Luis Álvarez de Soria. Bernardina donó a la Orden del Carmen fondos para la fundación de un colegio. El arzobispo Fernando Niño de Guevara concedió licencia en 1602 al prior de la Casa Grande, Fernando Suárez, para la creación del mismo.
Benito Enríquez compró unas casas en la collación de San Isidoro por 13.000 ducados, de los cuales 8.000 fueron aportados por Bernardina de Salazar y los 5.000 restantes por la orden. Bernardina tendría un lugar de enterramiento familiar en la capilla mayor de la iglesia.
El colegio conventual tuvo el título de San Alberto de Sicilia. En él se impartían Teología y Filosofía. En 1603 se construyó una iglesia provisional. La iglesia conventual actual es de 1626.
Benito Enríquez compró unas casas en la collación de San Isidoro por 13.000 ducados, de los cuales 8.000 fueron aportados por Bernardina de Salazar y los 5.000 restantes por la orden. Bernardina tendría un lugar de enterramiento familiar en la capilla mayor de la iglesia.
El colegio conventual tuvo el título de San Alberto de Sicilia. En él se impartían Teología y Filosofía. En 1603 se construyó una iglesia provisional. La iglesia conventual actual es de 1626.
El heredero de Bernardina, Antonio Laredo, no ejerció de patrono de la institución, por lo que la capilla mayor no pudo finalizarse y por una sentencia de 1632 pasó a ser de la orden, que buscó un nuevo patronazgo para su construcción. En 1649 la capilla mayor aún no estaba finalizada.
El prior de la Casa Grande del Carmen, Fernando Suárez, fue rector del colegio.1 En el siglo XVII, Francisco de Ojeda, maestro de novicios de la Casa Grande y provincial de la orden, legó su gran biblioteca a este centro.
El convento tenía 24 miembros en 1606 y 44 en 1664. El número de alumnos del colegio se mantuvo en unos cuarenta hasta que disminuyó en el último tercio del siglo XVIII. Esto produjo que en 1771 el general de la orden, José Alberto Ximénez, propusiera el cierre del mismo, que finalmente no se realizó.
En 1810, con la invasión francesa de Sevilla, el convento fue exclaustrado, expoliado y usado como cuartel. Tras la expulsión de los franceses, los carmelitas regresaron y realizaron obras de reparación. La iglesia volvió a abrirse al culto en 1815. Finalmente, el convento fue desamortizado en 1835.
El prior de la Casa Grande del Carmen, Fernando Suárez, fue rector del colegio.1 En el siglo XVII, Francisco de Ojeda, maestro de novicios de la Casa Grande y provincial de la orden, legó su gran biblioteca a este centro.
El convento tenía 24 miembros en 1606 y 44 en 1664. El número de alumnos del colegio se mantuvo en unos cuarenta hasta que disminuyó en el último tercio del siglo XVIII. Esto produjo que en 1771 el general de la orden, José Alberto Ximénez, propusiera el cierre del mismo, que finalmente no se realizó.
En 1810, con la invasión francesa de Sevilla, el convento fue exclaustrado, expoliado y usado como cuartel. Tras la expulsión de los franceses, los carmelitas regresaron y realizaron obras de reparación. La iglesia volvió a abrirse al culto en 1815. Finalmente, el convento fue desamortizado en 1835.
Posteriormente, se instaló en él la Academia Sevillana de Buenas Letras. En 1840 fue sacado a subasta pública y adquirido por Matías Ramos Calonje, fabricante de tisúes y cordonería de oro y plata. Durante unos años fue un colegio de enseñanza secundaria.
En 1877 la comunidad se constituyó de nuevo, en unas casas de la calle Toqueros (actual calle Conde de Ibarra). El arzobispo Lluch y Garriga les cedió la iglesia del antiguo convento de San Alberto en 1877. En 1879 trasladaron sus residencias de la calle Toqueros a la calle Fabiola.
El arzobispo Sanz y Forés, con autorización del papa León XIII, les dio la propiedad de esta iglesia en 1863. En 1916 compraron una casa junto a la iglesia de San Isidoro, que se comunicaba con ese templo. En 1944 compraron el convento de San Alberto al cual, tras unas obras de restauración, se trasladaron en 1982.
En la actualidad, los filipenses de Sevilla están en las iglesias de San Alberto, de San Felipe Neri y de San José y Santa María.
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