miércoles, 13 de marzo de 2013

El Postigo de la Caridad.



Casa de dos puertas es difícil de guardar, eso dice el refranero español.
Sin embargo en este caso la situación del Hospital de la Caridad, instalado junto a los arenales del Guadalquivir, lo hacía necesario.
Las crecidas periódicas del río y las correspondientes inundaciones de las riberas fluviales obligaba al Hospital a tener accesos y salidas por donde evacuar al personal.
Imagínense la situación en el siglo XVI o XVII donde el agua entraba por la Calle Temprado y los enfermos y necesitados quedaban enclaustrados en un edifico con dos palmos de agua cuanto menos.
Era necesaria una salida y esta se encuentra en la calle de atrás, Calle Tomás de Ibarra.


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