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jueves, 7 de diciembre de 2023

La Iglesia de San Roque (7): el Cristo de San Agustín.

 


Entre las muchas imágenes que la guerra civil quemó en sus hogueras de odio y venganza, el Cristo de San Agustín fue una de las más lloradas y añoradas por los sevillanos, no en vano desde el primer cuarto del siglo XIV, según la leyenda, fue encontrado por un pastorcillo en una cueva del Prado de Santa Justa, en un lugar aún conocido como el Campo de los Mártires, frontera entre San Roque y la Calzada.


En el siglo XIX, los monjes agustinos fueron expulsados de su convento, legando a la Parroquia de San Roque el Santo Crucifijo de San Agustín. En este siglo el Cristo de San Agustín procesionó de diversas formas: el Cristo en solitario, con la Magdalena a sus pies, con la imagen de la Virgen y San Juan. Incluso en alguna ocasión llego ir acompañado de una centuria de armados el Miércoles Santo de 1826, la Virgen de Gracia, llevaba como novedad la corona y la saya bordada.


El Cristo de San Agustín procesionó en sus últimos años, una vez por década, siendo la última realizada en 1926. Anteriormente estuvo procesionando en Miércoles Santo, hasta 1896. El actual Crucificado es obra de Agustín Sánchez Cid (1944), réplica del desaparecido en el incendio de 1.936, que databa de la primera mitad del siglo XIV. Desde 1990 la Hermandad de San Roque tiene concedido el título y la advocación del Santo Crucifijo de San Agustín, por parte de la Vicaría General.

 




miércoles, 6 de diciembre de 2023

La Iglesia de San Roque (6): la Capilla Sacramental.

 

En la cabecera de la nave del Evangelio se encuentra la Capilla Sacramental, la más importante del templo ya que allí se encuentran las imágenes titulares de la Archicofradía sacramental de San Roque, Nuestro Padre Jesús de las Penas y Nuestra Señora de Gracia y Esperanza a quienes les acompaña San Juan Evangelista.

El encargado de levantar el retablo fue Francisco Ruiz Rodriguez, más conocido como "el maestro Curro" o "Curro el dorador" (1874-1961), que lo finalizó en el año 1945. El Cardenal Pedro de Segura y Sáenz fue el encargado de bendecirlo en ese mismo año.


La talla de Nuestro Padre Jesús de las Penas fue realizada por Antonio Illanes Rodríguez en 1939 y bendecido el 10 de Diciembre de ese mismo año. Mide 1,65 m. El cuerpo está tallado en pino de Flandes y busto y manos en madera de ciprés. Su precio fue de 10.000 ptas. En el contrato con el imaginero se decía: «un Jesús Nazareno tallado y policromado todo el cuerpo para ser vestido y de tamaño natural». En 1972 tuvo lugar la sustitución de las manos originales por otras del mismo autor porque «no podía abrazar suficientemente la cruz»


Nuestra Señora de Gracia y Esperanza es una imagen de candelero de tamaño natural realizada en 1938 por José Fernández Andes. Fue bendecida el 30 de octubre de 1938 en la Iglesia de Santiago. Su precio fue de 4.300 ptas. Mide 1,60 m. En 1958 tiene lugar una intervención en la imagen realizada por Sebastián Santos Rojas y, según una descripción documentada del propio autor, consistió en retirar la encarnadura (policromía), retallado en ojos, nariz, frente, nueva encarnadura y repolicromía de las manos.



La talla de San Juan Evangelista fue realizada por Castillo Lastrucci en 1943. Coronando el retablo, en el ático, podemos ver un cuadro de la Inmaculada Concepción.



A los pies de Nuestro padre Jesús de las Penas se encuentra el Sagrario, una obra de orfebrería realizada en palatalizándoos y que tiene una pintura del Cristo del Buen Pastor.






Junto al retablo de la Capilla Sacramental podemos ver este cuadro de las Ánimas benditas del purgatorio. Preside la composición la Santísima Trinidad, Dios Padre sostiene el cuerpo muerto de Cristo, a su izquierda el Arcángel San Miguel, a su derecha la Virgen María como mediadora de las Gracias conseguidas por Jesús mediante su muerte y que ella dirige a la humanidad penante en el purgatorio. Una leyenda en latín es sostenida por un ángel: Beati Mortui qui in Domino Moriuntur. del Apocalipsis, capítulo XV.



Como todos sabemos, la iglesia de San Roque sufrió un incendio en 1936. Por esta razón se tuvo que reconstruir prácticamente por entero y, entre los retablos quemados, el retablo de la Capilla Sacramental fue uno de ellos. Pero tenemos noticias de cómo era el retablo anterior.

El retablo anterior, de estilo rocalla, de hacia 1760, estaba compuesto por un gran nicho, dentro del cual se veneraba la imagen de la Inmaculada, y en otro superior, la figura de Jesús en acto de Flagelación. En repisas laterales estaban las imágenes de San Roque y de San Francisco de Asis, en madera policromada y del siglo XVII.


martes, 5 de diciembre de 2023

La Iglesia de San Roque (5):el Presbiterio.

 

El presbiterio de San Roque tiene dos cuadros de gran envergadura y dos esculturas que son dignos de mención. 

En el muro de la epístola tenemos un cuadro que lleva el título de "Martirio de San Juan Evangelista" y un grupo escultórico que representa a "la Sagrada Familia". 

En el muro del Evangelio ese encuentra el cuadro de "Anunciación de María" y una talla de la Virgen de las Madejas acompañada de un mármol donde se explica una breve historia, pero no menos interesante, que se remonta al siglo XIII. 

Se cree que las pinturas son del siglo XVII.















lunes, 4 de diciembre de 2023

La Iglesia de San Roque (4): El Retablo Mayor.

 

El Retablo Mayor de la iglesia de San Roque es, sin duda, el elemento religioso-artístico de mayor importancia del templo. Se trata de una composición de estilo neoclásico que se levantó en el siglo XX tras la desaparición del anterior (1850, levantado por Gabriel Astorga según diseño de Balbino Marrón y Ranero, arquitecto municipal de Sevilla) debido al incendio del mismo en la Guerra Civil de 1936.

El Retablo Mayor está dividido en cinco calles verticales, siendo la central algo más ancha que la cuatro restantes, y en cinco líneas horizontales que está coronado por un ático con la imagen de la Virgen de los Reyes en el centro. 

La línea central, como es notorio, contiene las imágenes más importantes del retablo. A la imagen de la Virgen de los Reyes ya mencionada que ocupa el ático, se le unen una pintura del Resucitado; la imagen escultórica de San Roque en una hornacina con el fondo aterciopelado en rojo; y la figura de la Virgen del Carmen (del siglo XIX) con el Niño, también en hornacina.

Ocupando las calle laterales y divididos en dos grupos de seis cada uno, se encuentra una copia de la representación del apostolado que fue realizado por el pintor luxemburgués Pablo Legot en el Siglo de Oro español. Las pinturas originales desaparecieron en el ya citado incendio de 1936. 

Es curioso saber que tras venir Legot de Luxemburgo a Sevilla a la edad de diez años, la primera noticia documental de Pablo Legot en nuestra ciudad fue su carta de aprendizaje en el arte del bordado. Se encuentra fechada el día dos de abril del año 1616 y, en ella, Legot declara su origen valón, así como el nombre de sus progenitores, Rema Legot y María Grimo. Resulta interesante constatar que en 1616, después de llevar unos seis años en Sevilla, Legot aún no se había avecindado en ella, pues se declara “residente” en la collación de San Roque.



















sábado, 2 de diciembre de 2023

La Iglesia de San Roque (2): la Portada principal y la Torre.



La portada principal de la iglesia de San Roque se encuentra en la plaza de Carmen Benítez. En el centro del muro se encuentra la puerta, enmarcada por composición de estilo neoclásico de dos cuerpos.

La composición está coronada por una Giralda y dos jarrones de azucenas que representan a Sevilla y al Cabildo Catedral. El cuerpo superior, de menor tamaño, está enmarcada por dos columnas con volutas que recuerdan al estilo jónico y por un frontón triangular que imita a los templos clásicos griegos y romanos.

En el centro del mismo tenemos una hornacina con la estatua de San Roque acompañado por el célebre perro que lo caracteriza en la iconografía cristiana.

A ambos lados de la puerta principal existen cuatro ventanales que le dan simetría a la fachada. Entre las dos ventanas interiores y la puerta se encuentran dos retablos cerámicos que representan alas imágenes titulares de la Hermandad de San Roque: Nuestro Padre Jesús de las Penas y María Santísima de Gracia y Esperanza.







viernes, 1 de diciembre de 2023

La Iglesia de San Roque (1): una breve historia.

 

La iglesia de San Roque es un templo del siglo XVIII que tiene sus orígenes en una ermita anterior del siglo XIII y cuya imagen actual hay que buscarla en el siglo XX tras el incendio que sufrió en plena Guerra Civil Española.

Se encuentra en la esquina de la Plaza de Carmen Benítez con la calle Recadero, una de las zonas importantes en las que se divide la ronda Histórica de la ciudad. De estilo barroco en su concepto original, la iglesia de San Roque sufre una mezcla de estilos propia de sus históricos avatares durante los últimos dos siglos.

El santo al que está dedicado este templo se ha hecho famoso en el mundo por los grandes favores que consigue a favor de pobres y enfermos. Su popularidad ha sido verdaderamente extraordinaria cuando a pueblos o regiones han llegado pestes o epidemias, porque consigue librar de la enfermedad y del contagio a muchísimos de los que se encomiendan a él. 

San Roque nació en Montpellier, de una familia sumamente rica. Muertos sus padres, él vendió todas sus posesiones, repartió el dinero entre los pobres y se fue como un pobre peregrino hacia Roma a visitar santuarios.

Y en ese tiempo estalló la peste de tifo y las gentes se morían por montones por todas partes. Roque se dedicó entonces a atender a los más abandonados. A muchos logró conseguirles la curación con sólo hacerles la señal de la Santa Cruz sobre su frente. A muchísimos ayudó a bien morir, y él mismo les hacía la sepultura, porque nadie se atrevía a acercárseles por temor al contagio. Con todos practicaba la más exquisita caridad. Así llegó hasta Roma, y en esa ciudad se dedicó a atender a los más peligrosos de los apestados. La gente decía al verlo: "Ahí va el santo".

Y un día mientras atendía a un enfermo grave, se sintió también él contagiado de la enfermedad. Su cuerpo se llenó de manchas negras y de úlceras. Para no ser molesto a nadie, se retiró a un bosque solitario, y en el sitio donde él se refugió, ahí nació un aljibe de agua cristalina, con la cual se refrescaba.


Y sucedió que un perro de una casa importante de la ciudad empezó a tomar cada día un pan de la mesa de su amo e irse al bosque a llevárselo a Roque. Después de varios días de repetirse el hecho, al dueño le entró curiosidad, y siguió los pasos del perro, hasta que encontró al pobre llaguiento, en el bosque. Entonces se llevó a Roque a su casa y lo curó de sus llagas y enfermedades.

Apenas se sintió curado dispuso el santo volver a su ciudad de Montpellier. Pero al llegar a la ciudad, que estaba en guerra, los militares lo confundieron con un espía y lo encarcelaron. Y así estuvo 5 años en la prisión, consolando a los demás prisioneros y ofreciendo sus penas y humillaciones por la salvación de las almas.

Y un 15 de agosto, del año 1378, fiesta de la Asunción de la Virgen Santísima, murió como un santo. Al prepararlo para echarlo al ataúd descubrieron en su pecho una señal de la cruz que su padre le había trazado de pequeñito y se dieron cuenta de que era hijo del que había sido gobernador de la ciudad. Toda la gente de Montpellier acudió a sus funerales, y desde entonces empezó a conseguir de Dios admirables milagros y no ha dejado de conseguirlos por montones en tantos siglos.

Lo pintan con su bastón y sombrero de peregrino, señalando con la mano una de sus llagas y con su perro al lado, ofreciéndole el pan.