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sábado, 28 de octubre de 2023

La Casa de Pilatos (28): La Logia norte del Jardín grande.



En arquitectura, una logia (también escrito loggia, en italiano) es una galería exterior conformada por arcos sobre columnas, techada y abierta en uno o más lados.​ Es un espacio arquitectónico, utilizado sobre todo en la arquitectura italiana del siglo XV y siglo XVI, funciona a modo de galería o pórtico y está abierto íntegramente por al menos uno de sus lados y sostenido usualmente por columnas, pilares o arcos. Normalmente se encuentra a nivel del suelo aunque también puede encontrarse en niveles superiores al nivel del suelo. Cuando hay dos logias una en la planta de calle y otra en el primer piso, se denomina logia doble.

La idea que transmitió Per Afán de Ribera a Tortello es que construyera un jardín de estilo italiano en aquel lugar para poder exhibir parte de su colección artística que había traído de Italia. Para ello, Tortello diseñó un jardín mediterráneo rodeado por tres logias al estilo italiano, tres espacios porticados abiertos, en este caso hacia el interior, de gran belleza y que cumplían fielmente el fin práctico y estético para el que fueron diseñados.

Aquí tenemos la logia norte, que la podemos localizar porque es la que se orienta a la calle Imperial. Dispone de dos plantas. En ambos pisos podemos ver esculturas, bustos, tondos, medallones y relieves que dan valor al recinto de tal modo que pudiera considerarse el mismo como un pequeño museo clásico al aire libre.




















Busto de hombre barbado. Mármol blanco labrado y pulimentado.
Época siglo XVI, estilo clásico. 47 cms. de alto.
Copia renacentista de un modelo clásico.


Venus con paloma. Mármol blanco labrado y pulimentado.
Época romana, estilo clásico. 97 cms. de alto.


Joven, Escultura incompleta. Mármol blanco labrado y pulimentado.
Época romana, estilo clásico. 124 cms. de alto.









viernes, 27 de octubre de 2023

La Casa de Pilatos (27): el Jardín Grande.



Mediado el siglo XVI, después de las reformas introducidas por el primer marqués de Tarifa, la Casa de Pilatos se nos aparece como un singular híbrido de lo medieval y lo renacentista, de mármoles italianos, de yeserías y carpinterías mudéjares y de novedosas azulejerías que, en sí mismas, son también una fusión de motivos de origen islámico, gótico y renacentista.


Es en la segunda mitad del siglo XVI bajo la dirección del sobrino y sucesor de Don Fadrique, Per Afán de Ribera cuando se produzcan las reformas más hondas, que si en las partes ya edificadas del palacio abundan en ese proceso de mestizaje como hemos visto singularmente en el patio, supone sobre todo la agregación de un palacio nuevo que rompe definitivamente con la arquitectura local, en el mayor espacio que queda libre del primitivo palacio mudéjar, su huerta.


En dicho espacio no habría más construcción que la galería en forma de L por la que ha entrado al jardín, y que en la documentación aparece denominada como corredor viejo, obra del primer marqués de Tarifa.


Durante su larga etapa como Virrey de Nápoles entre 1558 y 1571, el primer duque de Alcalá desarrolló una pasión por las antigüedades que le impulsó a reunir una importante colección escultórica y alimentó a su vez la preocupación por la mejor manera de exponerla, asunto que por entonces era objeto de debate en Italia.


De la cámara de maravillas que albergaba a objetos raros y preciosos muy heterogéneos, se había ido pasando a la diseminación informal de las esculturas por los jardines y finalmente, a mediados del siglo XVI, se fue afirmando la tendencia a una exhibición ordenada y rigurosa, y al mismo tiempo integrará la escultura dentro de la arquitectura y del jardín.


El Virrey y optó por esta última forma a moderna de exhibición para cuya ejecución envió desde Nápoles a un ingeniero, de nombre Benvenuto Tortello, con el encargo de alterar lo menos posible la edificación existente y construir un palacio nuevo adyacente al antiguo entorno a la huerta para transformarla en jardín arqueológico.


Para este nuevo palacio, sigue un nuevo modelo que había hecho fortuna en la Italia de principios del siglo XVI, en las villas suburbanas, caracterizado por logias superpuestas abiertas en las fachadas exteriores que funcionaban como miradores abiertos al paisaje.


Este modelo ha de invertirlo para adaptarlo a un palacio urbano, de forma que las logias las abren las fachadas interiores quedando estas enfrentadas y mirando hacia un jardín cerrado.

Por otra parte, con el propósito de incorporar todo el conjunto arquitectónico, escultórico, dentro del jardín para formar una sola unidad, proyecta las columnas y los arcos de las logias en los muros interiores de las mismas mediante pilastras y arcos ciegos que a su vez enmarcan nichos y hornacinas y acogen las piezas arqueológicas.


El impacto de estas novedades en Sevilla se puede medir por la actividad frenética que Benvenuto Tortello desplegó en la ciudad, en la que alcanzó la maestría mayor de obras y contribuyó a modificar el rumbo de la arquitectura al hogar.
Este espacio del jardín grande es el que más ha sufrido el abandono de este palacio y su conversión en casa de vecinos puesto todas las logias fueron cegadas con el propósito de obtener nuevas viviendas que alquilar. Es por ello que aunque muy recuperado siga aún en restauración, realizando intervenciones con el ritmo que los recursos y conocimiento de su fisonomía original permiten.

Es de grandísimo interés la colección de esculturas que podemos ver en el Jardín Grande, tanto en las dos logias como en el Cenador.


La colección escultórica de Per Afán de Rivera, primer duque de Alcalá, se formó durante su etapa como Virrey y de Nápoles en un doble sentido, tanto en la constitución material de la colección, es decir, en la reunión de las piezas que la integran, como en la génesis de una pasión por las antigüedades clásicas que no ha dejado rastro documental alguno durante su vida anterior en España, y que debió surgir al entrar en contacto con el grupo de humanistas que frecuentaban la refinada corte virreinal. 

No tiene nada de extraño que en España no se despertara su interés por la colección de antigüedades clásicas si atendemos al desinterés de los españoles, incluyendo al rey Felipe II y su corte por este tipo de coleccionismo. Muchos testimonios avalan tal desinterés pero el más claro es la respuesta de uno de lo principales consejeros de Felipe II, el cardenal Antoine Perrenot de Granvela, al celebré anticuario romano, Fulvio Orsini, para disuadirlo de ofrecer su biblioteca y colección anticuaria al monarca español: ”Allí, en Roma, se las aprecia mejor de lo que aquí en España se haría, donde poca gente goza con tales cosas, y donde son aún más raros los que la saben apreciar”. 


Una pasión tardía, pero intensa, como atestigua la correspondencia de humanistas Juan de Verzosa y Ponce de León, archivero de la embajada española, es la que cita al duque de Alcalá como comprador de antigüedades al mismo nivel que coleccionistas de la talla del gran duque Cosme de Medicis o el Cardenal Farnese. 

Aunque el duque de Alcalá compró esculturas por toda Italia a través de varios anticuarios italianos que les servían de agentes, una parte importante de su colección proviene de la compra de la colección completa de Adrián Espadafora, el anticuario napolitano que más había contribuido a formar su gusto por el coleccionismo de antigüedades. 

Lo que singulariza esta colección escultórica es el auténtico fundamento humanista que impulsó su formación, pues existe una profunda complicidad intelectual con las piezas reunidas y con su forma de exposición. 


Respecto de la primera, es sorprendente el conocimiento de la literatura científica que se desprende de las identificaciones que en el siglo XVI se hicieron de algunas de las piezas en un contexto en que los únicos instrumentos de estudio eran las descripciones literarias y el grabado. Así por ejemplo, la inscripción de Palas Pacifera que tiene la Atenea Medicis del patio principal solo se conoce por una leyenda de una moneda de época de los Severos. Respecto de la segunda, la forma de exposición, ya hemos visto la voluntad expresa de sistematización y de integración con la arquitectura y el jardín. 

Esto último la hace hoy especialmente excepcional, pues es la única colección renacentista que se conserva en el marco arquitectónico concebido para ella. 

Además, en la colección están representados todos los géneros de la escultura antigua, relieves históricos y mitológicos y retrato tanto reales como ideales.

jueves, 26 de octubre de 2023

La Casa de Pilatos (26): El Salón de las Columnas.

 

El Salón de las Columnas, llamado así por las columnas que se alinean en el fondo de la sala, es la última de las salas del palacio bajo que nos queda por señalar y es, también, la que finaliza el cierre del Patio Principal. 

Se encuentra a continuación del Salón de Pilatos con quien delimita por el norte, comparte pared con la escalera de acceso al palacio alto por el sur y la pared del fondo comunica con el Jardín Grande con el que comparte una puerta de hierro y se orienta al oeste.

Destacan en su interior dos columnas con capiteles corintios y cimacios cuyos fustes son de mármol veteado y las basas fueron elaboradas en mármol blanco. Están datadas en el siglo XVI. Algunos muebles antiguos y bustos clásicos acompañan la decoración de la sala.



















miércoles, 25 de octubre de 2023

La Casa de Pilatos (25): La barbuda de Abruzzi.



Tras el escritorio de la sala adjunta del Gabinete de Pilatos podemos ver esta pintura sobre placas de cerámica que es una copia de un lienzo que pintó José de Ribera "El españoleto" en 1631 y que actualmente es propiedad de la Fundación de la casa Ducal de Medinaceli.

Este retrato corresponde a Magdalena Ventura con su marido y su hijo a la edad de 52 años. El lienzo fue conocido popularmente por el título de  la "barbuda de Abruzzi".

Fue un encargo del Virrey de Nápoles, Fernando Afán de Rivera y Enríquez, IIIº Duque de Alcalá. El cuadro pasó por descendencia familiar del Vº Duque de Alcalá a su hijo el VIº Duque de Alcalá y VIIº Duque de Medinaceli.


La historia de este cuadro la encontramos sobre unas lápidas pintadas por el artista en el mismo lienzo.

La inscripción titulada "el gran milagro de la naturaleza" describe como la napolitana Magdalena Ventura, desde la edad de los 37 años le había crecido una barba tan larga y espesa que se parecía más a un hombre barbudo que a una mujer que había concebido tres hijos de su marido Felici de Amichi, quien también se ve retratado en el cuadro.

martes, 24 de octubre de 2023

La Casa de Pilatos (24): La Sala adjunta al Gabinete de Pilatos.



La sala adjunta al Gabinete de Pilatos realmente tiene poco que resaltar, desde el punto de vista artístico, a excepción del cuadro que cuelga de sus paredes (y del que hablaremos en el próximo post) y el hermoso techo con mocárabes.

Como ya vimos ayer, el salón llamado Gabinete de Pilatos es una recinto dedicado a audiencias públicas, razón por la cual esta sala adjunta tenía una finalidad más privada, estaba destinada a que se pudiera tratar o negociar algún tema sin que todos los asistentes a la audiencia pública estuvieren presente.