viernes, 14 de julio de 2023

La iglesia del Convento del Espíritu Santo (5): el Retablo del Sagrado Corazón de Jesús.

 


Uno de los retablos más antiguos dedicados al Corazón de Cristo está en la Iglesia del Monasterio del Espíritu Santo de Sevilla. Siguiendo la manera primitiva de presentar al Corazón de Jesús, mostrándolo solo y aislado de la figura humana, con la llaga, la llama y una radiación luminosa, aparece en este retablo sevillano uno de los primeros signos de la iconografía del Corazón de Jesús.


Este retablo es una obra del siglo XVIII, en que aparece el Corazón de Jesús aislado y en medio de una gran ráfaga, bajo el Espíritu Santo y el Padre Eterno. 

Sobre un original fondo de nubes, a su alrededor están las figuras de los Santos que más difundieron la devoción al Corazón de Jesús: a ambos lados del Corazón están la Virgen y San José, y debajo de ellos están San Juan Evangelista, San Bernardo, San Juan Eudes, San Francisco de Sales, Santa Brígida y San Claudio de la Colombière (jesuita, entonces todavía Beato, y que recibió el encargo de propagar la devoción al Corazón de Cristo).


Pronto dio la Iglesia normas para no reproducir la imagen del Corazón de Jesús aislado de su figura humana, para evitar mal entendidos: así está en un Decreto de la Sagrada Congregación de Ritos del 5 de abril de 1879, en que se aconseja no presentar al culto el Corazón solo sin la figura humana.

Este retablo del siglo XVIII presenta en Sevilla una de las primeras manifestaciones de la devoción al Corazón de Cristo en todo el mundo. Es de un estilo barroco tardío, de un abigarrado alarde de motivos decorativos, que tiene en el centro un manifestador para exponer la custodia con el Santísimo. Así todo el retablo está pensado como una exaltación de la Eucaristía, mostrando en el centro al Corazón Eucarístico de Jesús.

En este monasterio sevillano existe, desde hace más de dos siglos, una de las primeras manifestaciones de la iconografía del Corazón de Jesús, cuando todavía no existía en muchas partes del mundo.


El retablo del Sagrado Corazón destaca por su especial barroquismo y dinamismo y debió ser originalmente una original estructura de retablo-manifestador. Hoy está presidido por una imagen de Santa Orosia, patrona de Jaca, que debió ser añadida con motivo de las restauraciones de 1790.







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