Con el sugestivo nombre de "Reja del diablo" nos referimos a la reja que le presentamos en la fotografía de arriba y que podemos ver sobre la fachada del nº 1 de la Plaza Alfaro, esquina con calle Lope de Rueda y a escasos pasos de la conocida Plaza de Santa Cruz.
Como si se tratara de una leyenda romántica de Gustavo Adolfo Bécquer, el imaginario popular quiso investir de poder sobrenatural a esta maraña de hierros cruzados y entrelazados a la que la mente no da explicación a no ser de que seas ducho en el arte de la forja.
Como podemos apreciar, la reja de forja no tiene los barrotes ni soldados ni pegados, como si fuera de una unión antinatural permanecen unidos al estar entrelazados, como si el hierro se hubiera convertido por arte de magia algo líquido al que poder dar forma a tu antojo. Quizás es esta característica la que ha hecho que muchos digan de esa reja que la forjó el mismísimo diablo. Y esa historia es la que muchos turoperadores comentan a pie de casa sin tener en cuenta, en muchas ocasiones, la realidad de su realización o lo que pensarán los propietarios de esa casa, algunas veces cansados de escuchar mil y una historias sin sentido.
Pero volvamos a la realidad y dejemos el romanticismo becqueriano a un lado. La técnica de realización de la reja tiene poco de paranormal o de demoniaco, se trata de una reja machihembrada efectuada bajo una forma llamada de punzonado que la hace casi imposible de imitar y original.
Este tipo de rejas no se hacía en Sevilla, sino que eran fabricadas fuera teniéndose constancia de otras en diferentes puntos de nuestra geografía. Un taller de forjado en Úbeda o Jaén parece ser que, se especializaron en ella durante esa época. La dificultad para su realización es grande y sólo los maestros eran capaces de hacer una igual, por eso decía de ella que «sólo el diablo podía ser su creador» aunque este tipo de reja también tiene sus iguales en otras partes de Europa.
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