Hay personajes de la historia que no pueden quejarse de cómo los ha tratado Sevilla con el devenir de los tiempos. Uno de ellos es el fraile dominico sevillano Fray Bartolomé de las Casas.
Este fraile fue uno de los impulsores del derecho natural de los pueblos y defensor a ultranza de los derechos de los indígenas americanos frente a la invasión hispano-portuguesa de sus tierras.
En su biografía se cuenta que, siendo niño, conoció a los Reyes Católicos, y a Cristóbal Colón, pues su padre Pedro de las Casas, participó en los viajes del almirante. En 1499, en uno de los regresos de los viajes de Colón desde América, éste trajo a un indio para mostrárselo a los Reyes. Fray Bartolomé tuvo la oportunidad de conocer a este indio, pues fue regalado a su padre como esclavo.
Parece ser que, desde ese momento, se empezó a preguntar sobre qué derechos tenían los españoles de arrancar de su tierra a los propietarios naturales de ésta.
Fray Bartolomé de las Casas tiene varios monumentos en Sevilla, en el Palacio de San Telmo tiene una estatua en su fachada, en la puerta de la Facultad de Derecho en el edificio de la antigua Fábrica de Tabacos tiene un medallón con su efigie, el busto que le presentamos hoy que está situado en la puerta principal del Instituto Hispano-Cubano que incluye el Museo del Carruaje y un monumento que está junto a la orilla del río del que hablaremos mañana.
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There are prominent figures of the history who cannot complain about how Seville has treated them with to develop of the times. One of them is the friar Sevillian Dominican Monk Bartolomé de las Casas.
This friar was one of the impellers of the natural right of the peoples and defending extreme of the rights of the American aborigens opposite to the Hispanic-Portuguese invasion of their lands.
His biography tells that he, being a child, knew the Catolic Kings and to Christopher Columbus, because his father, Pedro de las Casas, took part in the trips of the admiral.
In 1499, in one of the returns of the trips of Columbus from America, this one brought an Indian man to show him to the Kings. Monk Bartolomé had the opportunity to know this Indian, because he was given to his father as slave.
It seems to be that, from this moment, he was started asking on what rights they had the Spanish monarchy for separating of his land the natural owners of this one.
Monk Bartolomé de las Casas has several monuments in Seville, in San Telmo's Palace it has a statue in his front, in the door of the Faculty of Law in the building of former Tabacos's Factory there is a medallion with his effigy, the bust that we have shown today it is placed in the principal door of the Hispanic-Cuban Institute that includes the Museum of the Carriage and a monument that is close to the shore of the river about which we will speak tomorrow.
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