¿Acaso mentía el gran Silvio Fernández cuando decía que "Sevilla no tiene que demostrar que es la ciudad más bonita del mundo"? Así es Sevilla, un lugar que enamora por sus rincones únicos, piedras antiguas y cantes hondos que se mezclan entre históricos palacios reales y soleadas alamedas, una ciudad que se mece sobre las plateadas aguas del Guadalquivir y es acunada por un cielo tan luminosamente azul que merece escribirle los versos más bellos del mundo.
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lunes, 9 de febrero de 2009
sábado, 3 de enero de 2009
La Torre del Oro.
La hermana pequeña de la Giralda es la Torre del Oro.
Un torreón almohade junto a la orilla del Río Guadalquivir que formaba parte de las murallas de la ciudad. Se ha terminado su restauración hace pocos meses y ha quedado brillante como su historia. Ha sido torreón defensivo, capilla religiosa, prisión y actualmente es Museo Naval. Pero todo el mundo la conoce por su cuerpo exterior, bajo y ancho, cuerpo que se refleja en las ondas del agua del Guadalquivir en tonos color oro.
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