Sobre la fachada de la iglesia de Santa Catalina y presidiendo la estrechez del paso de la calle Alhóndiga, podemos ver una cruz incrustada en una hornacina. Se trata de la la Cruz de Santa Catalina, en hierro forjado, que se hallaba, sobre un pilón, en el centro de la plazoleta del antiguo cementerio, encontrándose éste detrás de la iglesia y, posteriormente en el centro del Plaza Ponce de León.
¿Acaso mentía el gran Silvio Fernández cuando decía que "Sevilla no tiene que demostrar que es la ciudad más bonita del mundo"? Así es Sevilla, un lugar que enamora por sus rincones únicos, piedras antiguas y cantes hondos que se mezclan entre históricos palacios reales y soleadas alamedas, una ciudad que se mece sobre las plateadas aguas del Guadalquivir y es acunada por un cielo tan luminosamente azul que merece escribirle los versos más bellos del mundo.
sábado, 27 de febrero de 2016
La cruz de Santa Catalina.
Sobre la fachada de la iglesia de Santa Catalina y presidiendo la estrechez del paso de la calle Alhóndiga, podemos ver una cruz incrustada en una hornacina. Se trata de la la Cruz de Santa Catalina, en hierro forjado, que se hallaba, sobre un pilón, en el centro de la plazoleta del antiguo cementerio, encontrándose éste detrás de la iglesia y, posteriormente en el centro del Plaza Ponce de León.
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Bonitas fotografías e interesante lugar.
ResponderEliminarUn saludo desde Salamanca.