¿Acaso mentía el gran Silvio Fernández cuando decía que "Sevilla no tiene que demostrar que es la ciudad más bonita del mundo"? Así es Sevilla, un lugar que enamora por sus rincones únicos, piedras antiguas y cantes hondos que se mezclan entre históricos palacios reales y soleadas alamedas, una ciudad que se mece sobre las plateadas aguas del Guadalquivir y es acunada por un cielo tan luminosamente azul que merece escribirle los versos más bellos del mundo.
domingo, 29 de marzo de 2015
El Cristo de la Humildad y Paciencia.
Tras el misterio de La última Cena, el Cristo de la Humildad y Paciencia salió al encuentro de los sevillanos, un Cristo sentado sobre una de las peñas del Monte Calvario, con actitud reflexiva y paciente, nos invita a pensar en nuestras obras.
Esta magnífica talla es del siglo XVIII y no conoce su autor.
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