¿Acaso mentía el gran Silvio Fernández cuando decía que "Sevilla no tiene que demostrar que es la ciudad más bonita del mundo"? Así es Sevilla, un lugar que enamora por sus rincones únicos, piedras antiguas y cantes hondos que se mezclan entre históricos palacios reales y soleadas alamedas, una ciudad que se mece sobre las plateadas aguas del Guadalquivir y es acunada por un cielo tan luminosamente azul que merece escribirle los versos más bellos del mundo.
sábado, 16 de junio de 2018
La fachada del Hospital San Juan de Dios (2).
En la fachada exterior del Hospital de San Juan de Dios nos encontramos tres murales cerámicos que tienen su significado.
El primero de ellos, que lo pueden ver debajo del número 42 que indica la posición del hospital en la calle, recuerda a sus orígenes cuando era un sanatorio para niños con poliomielitis y su nombre era el de Sanatorio Nuestro Padre Jesús del Gran Poder.
Junto a este azulejo podemos ver dos retobaos cerámicos dedicados a las imágenes titulares de la Hermandad de La Sed: el Cristo de La Sed y Santa María de Consolación Madre de la Iglesia.
Tanto el retablo del Cristo como el de la Virgen fueron pintados por Emilio Sánchez Palacio, fueron bendecidos la noche del 23 de mayo de 2001, al inicio de los actos de hermanamiento de esta Corporación del Miércoles Santo con la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios y fueron descubiertos al entrar la imagen de la Virgen en parihuelas, permaneciendo allí hasta el 26 de mayo, día en que regresó en el paso de palio a su templo.
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