Al igual que ayer vimos el reparto de escudos por la calle Joaquín Romero Murube, hoy podemos ver los dos ejemplares que están inscritos entre la red de mármol y piedra de la Plaza Nueva.
Cuenta la leyenda que, cuando se estaba construyendo el pavimento, un de los operarios pensó en su equipo para diseñar uno de las losas empedradas y realizó el diseño del escudo verdiblanco. Enterado el encargado del proyecto, de tendencias blanquirrojas, ordenó hacer otro con el escudo sevillista.