En uno de los edificios que hacen esquina entre la calle Velarde y la calle Real de la Carretería podemos ver este balcón decorado con una imagen virginal que, aunque está muy deteriorada, parece la imagen de la patrona sevillana.
¿Acaso mentía el gran Silvio Fernández cuando decía que "Sevilla no tiene que demostrar que es la ciudad más bonita del mundo"? Así es Sevilla, un lugar que enamora por sus rincones únicos, piedras antiguas y cantes hondos que se mezclan entre históricos palacios reales y soleadas alamedas, una ciudad que se mece sobre las plateadas aguas del Guadalquivir y es acunada por un cielo tan luminosamente azul que merece escribirle los versos más bellos del mundo.
domingo, 5 de julio de 2015
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