En la fachada del número 23 de la trianera calle San Jorge nos encontramos con este azulejo dedicado a Melchor Rodríguez García, a quien el barrio de Triana le dedicó este sentido homenaje en el año 2009.
Melchor Rodríguez, militante destacado de la CNT, es uno de los personajes esenciales en el Madrid republicano. Durante toda la guerra, y especialmente en la etapa en que asume cargos en el ministerio de Justicia a las órdenes del también anarquista Juan García Oliver, lucha incansablemente para que no se produzcan en la ciudad ejecuciones extrajudiciales.
Arriesgando la vida a veces y desplegando siempre una energía extraordinaria, él es uno de los principales responsables de que sucesos como los de Paracuellos no volvieran a repetirse. Condenado a prisión por los vencedores, pero con múltiples amigos en ese bando que le debían la vida, sale de la cárcel en 1943 y prosigue con su militancia anarquista, lo que le lleva a ser detenido y encarcelado en varias ocasiones.
Melchor Rodríguez García nació en 1893 en el barrio de Triana de Sevilla y de joven intentó abrirse camino como torero. En seguida comenzó también a conocer el ideario anarquista, que lo fascinó como herramienta poderosa para la redención de las miserias e injusticias que veía en la sociedad. Graves cogidas en 1918 y 1920 lo acaban apartando de los toros y le obligan a ganarse la vida como obrero chapista, mientras se compromete en una militancia en la CNT que lo llevará a la cárcel varias veces.
A finales de 1920 se traslada con su mujer, Francisca, a Madrid, donde continúa con sus trabajos y su actividad política. En la capital, su anarquismo se va decantando hacia un humanismo libertario que ve en la educación y la cultura las claves de la transformación social.Melchor Rodríguez García nació en 1893 en el barrio de Triana de Sevilla y de joven intentó abrirse camino como torero. En seguida comenzó también a conocer el ideario anarquista, que lo fascinó como herramienta poderosa para la redención de las miserias e injusticias que veía en la sociedad. Graves cogidas en 1918 y 1920 lo acaban apartando de los toros y le obligan a ganarse la vida como obrero chapista, mientras se compromete en una militancia en la CNT que lo llevará a la cárcel varias veces.
Melchor Rodríguez, que había conocido las prisiones de la monarquía y la república, prueba ahora las del franquismo. Condenado a veinte años, sus amigos del bando vencedor se mueven para ayudarle y en 1943 es liberado. En la larga noche de la dictadura participa en la reorganización de la CNT, lo que le vale año y medio en la cárcel de Carabanchel. Trabaja después de su liberación en 1948 como agente de seguros y sufre otra detención en 1956. En 1972 fallece en Madrid. A su entierro asistieron personas de ideologías muy variadas, pero unidas todas en el afecto por un hombre valeroso y honrado que dedicó su vida a la defensa de un ideal humanista.
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