A los pies de la iglesia y flanqueadas por los altares de la Virgen y San Fernando, nos encontramos con un apuerta que da a cceso a las antiguas cárceles, lugar donde se supone que sufrió su martirio San Hermanegildo.
Una placa así lo atestigua. Esta placa está acompañada por dos óleos donde se ve al santo, en uno, apareciéndosele la Virgen, y, en otro, abrazando a Jesús en la cruz.
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