En la Calle San Vicente, sobre la fachada del Convento de San Antonio de Padua, nos encontramos este complejo retablo cerámico donde podemos ver a San Francisco de Asís como santo inspirador de la obra de la Hermandad, acompañando al Cristo del Buen Fin y a Nuestra Señora de la Palma, como imágenes titulares de la Hermandad franciscana del Buen Fin con sede canónica en dicho edificio conventual.
El diseño del mismo corresponde a Antonio Joaquín Dubé de Luque y la fabricación de los azulejos corrió de parte de Cerámica Artística Joaquín Soriano de la localidad aljarafeña de Benacazón.
La obra de mapostería corrió a cargo del maestro albañil José Antonio Barragán Herrero.
A la derecha del retablo propiamente dicho vemos un paño de azulejos donde se recuerda una de las dos efemérides: el cuarto centenario de la hermandad (1605-2005) en la sede del Convento de San Antonio de Padua y el autor del boceto artístico.
A la izquierda del mismo retablo, otro paño cerámico habla de la Virgen de la Palma nombrándola como referencia virginal franciscana y flor de San Antonio, en referencia al convento sevillano y conmemorando la otra efeméride: la fecha de ese mismo año (8 de octubre de 2005) en que fue coronada.
Coronando el retablo, nunca mejor dicho, tenemos una copia de la corona con la que fue coronada la Virgen de la Palma, realizada en forja por el orfebre Manuel de los Ríos.
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