¿Acaso mentía el gran Silvio Fernández cuando decía que "Sevilla no tiene que demostrar que es la ciudad más bonita del mundo"? Así es Sevilla, un lugar que enamora por sus rincones únicos, piedras antiguas y cantes hondos que se mezclan entre históricos palacios reales y soleadas alamedas, una ciudad que se mece sobre las plateadas aguas del Guadalquivir y es acunada por un cielo tan luminosamente azul que merece escribirle los versos más bellos del mundo.
jueves, 15 de agosto de 2024
El documento del mes de agosto (2024) del Archivo de Indias.
jueves, 1 de agosto de 2024
La Calle del Trasbolso.
La foto que vemos más abajo es de la calle Mariscal, conocida por ser la vía más estrecha del callejero de Sevilla. Nace en la Plaza de los Refinadores, donde de pared a pared alcanza sólo 101 centímetros de ancho, y viene a finalizar su recorrido en la Calle Doncellas y la Plaza de las Cruces.
La "Calle Mariscal Diego Caballero" se rotula en 1868 en honor del mariscal Diego Caballero, caballero veinticuatro sevillano que vivió en el barrio de Santa Cruz. Con esta denominación completa se rotuló oficialmente en 1935, pasando de nuevo a la rotulación abreviada actual en 1949, o sea, "Calle Mariscal".
Anteriormente fue conocida como Calle del Trasbolso o Trasbolsa, al parecer por estar localizado en las proximidades el banco de Pedro de Morga que quebró ruidosamente en el siglo XVI.
El plano de Olavide (1771) la denomina de la Nieve, y el de Sartorius (1848) la incluye en Cruces. Calle muy corta y "la más angosta que hay en Sevilla pues con dificultad caben por ella dos personas pareadas", al decir de González de León "se ensancha en la confluencia con Doncellas, probablemente como consecuencia del plan de alineaciones y ensanches de finales del siglo XIX y principios del XX".