En la Avenida de la Constitución emerge este suntuoso edificio de ladrillos rojos cuyo tiempo pasado siempre fue mejor. El edificio fue proyectado para ser un cine en el año 1924 por los hermanos José y Aurelio Gómez Millán, sobre el solar de antiguo convento de Santo Tomás.
Inicialmente se llamó "Cine Reina Mercedes", pero unos meses antes de la Exposición Iberoamericana de 1929 ya era "Teatro Reina Victoria", tras su reducción de aforo y ampliación del escenario.
El edificio fue sustancialmente adaptado para una entidad bancaria en 1979. Para ello se vació completamente su interior, dejando sólo las fachadas, que en la actualidad conservan su estado original. Fue declarado Bien de Interés Cultural como monumento.