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martes, 2 de octubre de 2012

Romanorum Vita (2): La Domus.



La Domus romana no tenía ventanas para evitar el ruido externo y prevenir los robos. sus puertas eran fuertes y robustas, en muchas ocasiones pintadas con llamativos colores.
Tras la puerta de entrada están las fauces, lo que hoy llamaríamos un zaguán, lugar de tránsito entre la puerta y el patio principal. en el suelo solía haber algún mosaico de bienvenida o de advertencia como este de abajo donde se habla de tener cuidado con el perro.


Tras las fauces nos encontramos con el patio en cuyo centro habría un compluvium, una especie de bañera que recogía el agua de la lluvia. el agua se reconducía hasta unos depósitos subterráneos (impluvium) desde donde se sacaba posteriormente a través de un pozo.


Alrededor del patio están las habitaciones, entre ellas, la cocina que hacía también las veces de despensa. En la cocina había normalmente un horno para hacer el pan.


Los triclinios son bancos alargados en donde el anfitrión agasaja a sus invitados. Aquí comen, beben y charlan durante horas. Para comidas normales utilizan una simple mesa y sillas.


La estancia privada del cabeza de familia es utilizado para visitas importantes. allí se cierran los negocios y se guardan la documentación. También se instalan pequeños bustos de mármol con las imágenes de los antepasados más queridos e importantes.


los dormitorios suelen ser simples y pequeños porque de esa manera es más fácil calentarlos. Sólo tienen una cama, una mesita, un armario o baúl y un candil.


El romano se descalza y duerme con la túnica. Si siente frío, se tapa con la túnica o con una manta.

Romanorum Vita (1): Las Calles.



Durante este mes de octubre, los sevillanos tendremos la oportunidad de acudir a la Plaza de San Francisco para ver la exposición que la Obra Cultural de La Caixa ha montado sobre la vida de una villa romana cualquiera en el año 79 de nuestra era.


Las calle estaban adoquinadas y como las ciudades estaban fortificadas, la aglomeración de personas era cada vez mayor dentro de las murallas.
Tiendas de todo tipo abrían durante el día para que los romanos pudieran comprar.
Por la noche había tanta o más actividad porque era entonces cuando se permitía el tránsito de carros y caballos y era el momento elegido para reponer los enseres en los comercios.
Aparte de comercio, en la calle podemos ver baños públicos, letrinas también públicas y lavanderías (llamadas fullonicae) donde se lavaba la ropa con agua, tierra de batán y orines.


Las fuentes eran públicas y a ellas llegaba el agua de los acueductos. No existía agua en casas privadas a excepción de algunos privilegiados que recibían esa distinción de las autoridades. Para las casas, ya lo veremos, se recogía el agua de la lluvia.


Ya entonces, como decíamos antes, existía un gran tráfico de carros. Hasta que se legisló la prohibición de circular durante el día, los romanos tenía pasos de peatones como los de la imagen de abajo que obligaba a animales y vehículos a circular a baja velocidad.


En las calle existían altares privados y, prácticamente, a cualquier dios, popular o no.
Aquí vemos en una esquina como se hacen ofrendas alimenticias a un dios representado por un animal.


Los romanos, a pesar de su educación clásica, también hacían uso de los grafittis, tanto para hacer público algún mensaje amoroso, chiste, grosería o insulto, como para hacer publicidad política.


En este de arriba se dice lo siguiente: "
Segundo / a su prima: / allá donde estés, te saludo / Te ruego señora / que me ames".

En el de abajo, se hace una petición política pública y la taducción libre viene a decir más o menos lo siguiente:
"Votad a Marco Cerrinio Vatia / para edil. Lo piden / los borrachos nocturnos".



En este último se trataba de ridiculizar al candidato.
Por último un grafitti más donde se prohíbe hacer las necesidades en las esquinas. Mensaje para amantes del vino nocturno.