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jueves, 13 de noviembre de 2014

Azulejos en la torre de la Iglesia de Nuestra Señora de la O (1).



La torre de la Iglesia de Nuestra Señora de la O, en la trianera Calle Castilla, es digna de un museo cerámico como lo muestran los siete paneles azulejísticos que podemos ver (los más bajos) o podemos intuir (los más altos).


En varios post vamos a ir mostrándolos empezando por el más cercano a la altura de nuestra vista, el azulejo titulado "Apoteosis de la Eucaristía".

Es un azulejo trianero eucarístico del siglo XVII en el que se ve a dos angelitos adorando el Cuerpo de Cristo.

En él se puede leer el texto: "Por aquí se llamará para suministrar los santos sacramentos a deshora".

martes, 21 de octubre de 2014

San Lázaro, en el hospital del mismo nombre.



El Hospital de San Lázaro fue construido en el siglo XVI, aunque hay algunos historiadores que datan su origen en el reinado de Alfonso X. Fue levantado para albergar a enfermos de lepra a las afueras de la ciudad.
Tuvo gran importancia durante la Edad Moderna. En época reciente se renovó parte del edificio y se levantaron nuevas dependencias para continuar su función como centro sanitario.


Este azulejo se sitúa en la parte superior de una de las puertas de entrada de la fachada lateral de la Iglesia del Hospital de San Lázaro en el dintel del portal, en la Avenida del Doctor Fedriani.
La Avenida Doctor Fedriani surge de un antiguo camino de huertas hasta mediados del siglo XIX, cuando se convirtió en la vía principal de acceso para el Cementerio de San Fernando. 
Su urbanización fue progresiva durante las décadas centrales del siglo XX, especialmente a partir de 1963 cuando se levantaron barriadas y bloques por iniciativa privada que es cuando el Hospital empieza a tener cierta importancia en el sistema sanitario de la ciudad.


Esta representación de San Lázaro es un panel compuesto por 42 azulejos. Representa la imagen del santo titular, San Lázaro, siguiendo su iconografía tradicional (castañuelas, perros que lamen sus yagas, etc.). La figura y ornamentación están pintadas a color sobre fondo amarillo y la escena principal se enmarca en una variada decoración vegetal. Fue pintado hacia 1760 y se desconoce el autor pictórico y el autor fabril.


 Como curiosidad cabe señalar que uno de los azulejos fue colocado al revés. Si nos fijamos bien, justo delante de los ojos de San Lázaro, el azulejo que representa la nube azul está mal colocado.

jueves, 9 de octubre de 2014

La Trianera Estrella de los mares.



Al igual que ayer comentábamos que en la fachada de la Iglesia de San Vicente de Paul podíamos ver, en forma de gran azulejo,  el homenaje de la Fundación NAO VICTORIA a la hazaña de navegar alrededor del mundo en 1529, también se hace homenaje a la Virgen de la Estrella, trianera estrella de los mares, como allí se le llama.
En el azulejo se ve a la Virgen sobre la ciudad de Sevilla en una estampa del siglo XVI con los puertos fluviales de Sevilla y Triana en pleno rendimiento.


miércoles, 25 de junio de 2014

El retablo cerámico del Cristo del Buen Fin.



En la Calle San Vicente, sobre la fachada del Convento de San Antonio de Padua, nos encontramos este complejo retablo cerámico donde podemos ver a San Francisco de Asís como santo inspirador de la obra de la Hermandad, acompañando al Cristo del Buen Fin y a Nuestra Señora de la Palma, como imágenes titulares de la Hermandad franciscana del Buen Fin con sede canónica en dicho edificio conventual.


El diseño del mismo corresponde a Antonio Joaquín Dubé de Luque y la fabricación de los azulejos corrió de parte de Cerámica Artística Joaquín Soriano de la localidad aljarafeña de Benacazón.
La obra de mapostería corrió a cargo del maestro albañil José Antonio Barragán Herrero.
A la derecha del retablo propiamente dicho vemos un paño de azulejos donde se recuerda una de las dos efemérides: el cuarto centenario de la hermandad (1605-2005) en la sede del Convento de San Antonio de Padua y el autor del boceto artístico.


A la izquierda del mismo retablo, otro paño cerámico habla de la Virgen de la Palma nombrándola como referencia virginal franciscana y flor de San Antonio, en referencia al convento sevillano y conmemorando la otra efeméride: la fecha de ese mismo año (8 de octubre de 2005) en que fue coronada.


Coronando el retablo, nunca mejor dicho, tenemos una copia de la corona con la que fue coronada la Virgen de la Palma, realizada en forja por el orfebre Manuel de los Ríos.

jueves, 24 de abril de 2014

Un balcón con dos retablos cerámicos.



En la esquina de la Calle Corral del Rey con Calle Abades nos encontramos con este balcón cuya reja está protegida por dos retablos cerámicos.

El de la izquierda es un calvario del siglo XVIII y el de la derecha es Nuestra Señora de la Soledad, también del mismo siglo.


Según nos aporta una persona que vivió en dicho inmueble, se trata del balcón de la Pensión Sánchez Sabariego, también conocida como la Pensión de los Negros por vivir en ella algunos estudiantes de medicina provenientes de África y del país caribeño de Haití.





viernes, 14 de marzo de 2014

La Virgen de las Angustias en cerámica de Fajalauza.



La Calle Virgen de la Luz es una vía de las llamada sin salida porque únicamente tiene una única puerta de entrada y salida en la confluencia con la Calle San Esteban. En esta estrecha y poco luminosa calle nos encontramos con un pequeño retablo cerámico que no está en muy buenas condiciones y que representa a Nuestra Señora de las Angustias.

Lo curioso del azulejo es que no tiene su origen en alguna de las manufactureras cerámicas que de nuestra ciudad sino que fue realizada en Granada y es un ejemplo de la famosa cerámica de Fajalauza.
Pero por qué tiene tanta fama esta cerámica del Albaicín granadino?



Desde la primera mitad del siglo XVI se fabrica en Granada, principalmente en el Albaicín, un tipo de loza de corte popular que a lo largo del tiempo ha suscitado un amplio interés, hasta el punto de que cualquiera de sus humildes recipientes de barro vidriado puede ser considerado como una de las señas de identidad cultural de la ciudad. Sus orígenes hay que buscarlos en la evolución que sufren las cerámicas fabricadas junto a la Alhambra después del sometimiento de Granada a las armas castellanas. 

La nueva situación social de la ciudad determina la desaparición de unas formas y el mantenimiento o la creación de otras nuevas. El azul que formando pareja con el reflejo metálico es propio de las lozas nazaríes, salta de los recipientes áulicos a los productos populares; las decoraciones -naturalistas y abigarradas- se mantienen, de manera análoga a las técnicas de fabricación que no han desaparecido hasta los años ochenta del siglo XX.

Esta cerámica, manifestación de un arte popular típicamente granadino, durante siglos no tuvo una denominación específica hasta que comenzó a llamarse de Fajalauza al menos desde 1841, porque en la puerta de Granada de ese nombre estaban los principales alfares.


  
Entre los veinticinco alamines de los distintos gremios que aparecen reflejados en una Real Cédula fechada en 1492, sólo figuran los "olleros" como profesionales que trabajan el barro. En ese siglo y en los siguientes, ollero y alfarero serán términos semejantes, si bien el primero se emplea más, al ser un término castellano, mientras que alfarero es una palabra derivada del árabe. La palabra "ceramista" es de moderna acuñación, que no aparece por primera vez en un padrón municipal de 1923. 

Los alfareros que continuaron trabajando el barro después de 1492 son, naturalmente, moriscos como demuestran los nombres que aparecen de una relación de olleros granadinos del siglo XVI: Alonso Alaconí, Martin de Abdary, Francisco el Guadixí, Juan el Valencí, etc. 

Precisamente en ese inventario aparece un nombre destacable: Hernando Morales, sin duda uno de los miembros más antiguos de la dinastía más ilustre de alfareros y ceramistas granadinos, cuyos actuales representantes siguen afanados en la misma tarea que su lejano antepasado. 

Hasta el año 1975, esta familia ha aportado 67 miembros a la labor ceramista. Otros patronímicos relevantes son los Alonso de Torres, los Barajas, los Puertollano, etc. En el momento actual, todavía se mantienen los alfares de Fajalauza en el Albacín, tanto el de Cecilio Morales Moreno como el de Miguel Morales Moreno, quien firma el retablo cerámico de Nuestra Señora de las Angustias de la Calle Virgen de la Luz.


miércoles, 26 de febrero de 2014

El retablo de Nuestra Señora de la Luz.



Sobre la fachada lateral de una vivienda particular (cuya puerta principal da a la Calle San Esteban), en la calle Virgen de la Luz podemos ver este retablo cerámico dedicado a Nuestra Señora de la Luz
El retablo es obra de Antonio Kiernam Flores en la década de los cincuenta del pasado siglo. Está rodeado de un marco por ladrillos vistos y acompañada de una pequeña linterna de hierro forjado.


Este retablo se colocó sobre el rótulo de la entonces llamada calle Luz.
En Cabildo de 14 de Octubre de 1972, a propuesta de don Juan Aguilar Vera, se aprobó solicitar del Excmo. Ayuntamiento que completara el nomenclator callejero ampliando la denominación de la calle a Virgen de la Luz, pues en realidad se debía al arrai­go de dicha advocación mariana en el barrio, accediendo éste el 21 de Noviembre de 1972 por acuerdo Comisión Municipal permanen­te, instando al cambio "con letras especiales a la mayor breve­dad posible". 
En marzo de 1973 el Rvdo. don Manuel Vázquez Váz­quez, hermano de la corporación, bendijo el nuevo rótulo que da nombre a la calle Virgen de la Luz, con asistencia del director espiritual don José Robles Gómez, Junta de Gobierno presidida por don Juan Aguilar Vera y vecinos de la collación de San Esteban (Boletín de las Cofradías de Sevilla 163, Abril 1973).

domingo, 24 de noviembre de 2013

La Virgen de lo Reyes, en la Plaza de la Alianza.



Al igual que anteriormente hacíamos referencia a un retablo cerámico del Gran Poder en la Plaza de la Alianza, allí también podemos encontrar otro dedicado a la Virgen de los Reyes.
Está colocado sobre la blanca fachada del número ocho de la plaza.
Fue instalada en los años veinte del pasado siglo y se desconoce su autoría.


sábado, 23 de noviembre de 2013

El Gran Poder, en la Plaza de la Alianza.



Sobre la fachda del número 6 de la plaza de la alianza, podemos ver un pequeño retablo cerámico dedicado a Nuestro Padre Jesús del Gran Poder.
Sobre el retablo hay un tejaroz de tejas verdes y blancas del que cuelgan dos candiles de forja. Fue pintado hacia 1930 por Antonio Kiernam Flores y fabricado por cerámicas Santa Ana.


lunes, 28 de octubre de 2013

La Inmaculada, en la Calle Montevideo.



En el número 18 vemos este retablo cerámico compuesto por cuarenta y dos piezas de azulejos planos pintados en colores azul y blanco con reflejos de amarillo. Reproduce el lienzo "Inmaculada Concepción, la Colosal" de Bartolomé Esteban Murillo. Sus medidas son aproximadamente de setenta y cinco centímetros por un metro cinco centímetros.
Realizado por Manuel Vigil-Escalera Díaz en 1919 tras la finalización de la construcción de esta vivienda, levantada bajo las directrices del arquitecto Pablo Gutiérrez Moreno.


domingo, 27 de octubre de 2013

El martirio de San Sebastián, en la Calle Montevideo.



En el número 16 de la Calle Montevideo nos encontramos este retablo de una sola pieza de azulejo pintada a mano. Representa el martirio de San Sebastián. Está enmarcado por un marco de azulejos color azul cobalto de veinte piezas. Las medidas aproximadas son de 35 por 45 centímetros.
Aparece firmado por J.V. Su composición está basada en la talla que se encuentra en la vecina iglesia de San Sebastián.
Fue realizado en 1919 tras la culminación de esta vivienda, proyectada por Pablo Gutiérrez Moreno.

sábado, 26 de octubre de 2013

Santa Teresa de Jesús, en la Calle Montevideo.



En el número 14 de la Calle Montevideo nos encontramos con este retablo compuesto por dieciséis azulejos pintados a mano y marco de color verde liso. Reproduce el retrato de Santa Teresa de Ávila pintado por Fray Juan de la Miseria durante su visita a Sevilla. En éste pueden verse varias filacterias con las siguientes inscripciones: "misericordias domini- in eternum cantapo" y :"BV Santa Teresa de Jesús".
Fue realizado en 1918 para ser situado en la fachada de esta vivienda, cuya construcción finalizó este mismo año, bajo las directrices de Pablo Gutiérrez Moreno.


viernes, 25 de octubre de 2013

El Sagrado Corazón de Jesús, en la Calle Montevideo.



En la vivienda vecina a la que nos referíamos en el anterior post, el número 12, nos encontramos con este retablo cerámico colocado a gran altura. Es un retablo pintado a mano compuesto por treinta piezas de azulejos planos. Representa la imagen del Sagrado Corazón de Jesús enmarcado por una hornacina figurada de carácter arquitectónico y decorada con grutescos y guirnaldas. Sus medidas aproximadas son 80 centímetros por un metro diez.
Este retablo fue pintado por José Gómez y realizado en la fábrica de Manuel Corbato García en 1918. Fue concebido para el remate de la fachada, terminada en 1918 bajo la dirección de Pablo Gutiérrez Moreno.


jueves, 24 de octubre de 2013

San José en la Calle Montevideo.



La calle Montevideo se extiende entre la avenida de la Borbolla y la calle Diego de la Barrera, ya en el Barrio del Porvenir. Se caracteriza por su estrechez y trazado rectilíneo y la arboleda de acacias a lo largo de las aceras. Esta misma arboleda no permite distinguir con nitidez los múltiples azulejos apsotados en als fachadas de sus casas.
En el caso de hoy podemos ver un panel de azulejería compuesto por seis piezas y marco. Está pintado
en colores azul cobalto y blanco con marco en verde oscuro. Serepresenta la imagen de San José con el Niño Jesús en sus brazos y portando una vara de azucenas. Sus medidas aproximadas son 40 por 60 centímetros.
Este azulejo fue realizado por J. Gómez en 1918 para ser colocado en la fachada de esta vivienda, cuya construcción finalizó este mismo año. La casa fue encargada por J. Zambrano al arquitecto Pablo Gutiérrez Moreno.


miércoles, 23 de octubre de 2013

La Virgen de los Reyes de la Calle Rastro.



Sobre la fachada del número 2 de la Calle Rastro (frente a los Jardines de Murillo) nos encontramos, unavez más, un retablo cerámico dedicado a la Virgen de los Reyes, en este caso colocado por la Hermandad de Fieles de Nuestra Señora de los Reyes y San Fernando.
Fue realizado a principios del siglo XX por la fábrica Montero Asquith en Sevilla y pintado por P. P. Molina.

sábado, 21 de septiembre de 2013

El retablo cerámico de Nuestra Señora de la Salud.



En la esquina de la Calle Gerona con Doña María Coronel, a algunos metros de altura y sobre la fachada del colegio Ángela Guerrero nos encontramos con este retablo cerámico dedicado a Nuestra señora de la Salud, guardiana de la "salus infirmorum" como puede leerse en el citado retablo.


La Virgen se acompaña de una lejana imagen de la Giralda y la Santa Catedral y está acompañada por dos farollillos de forja meramente decorativos.

domingo, 11 de agosto de 2013

Los retablos cerámicos de la Calle Ximénez de Enciso (2).



El segundo retablo de la Calle Ximénez de Enciso está dedicado al Cristo de la providencia y es, aún, más difícil de ver que el anterior por su altura y casi imposible leer la cartela situada bajo sus pies.

Fue realizado por Cerámica Santa Ana y pintado por Antonio Kiernam Flores en 1956.

En él se puede leer ""Anima famuli tui francisci et animae/ omnium fidelium defunctorum per/ misericordiam Dei requiescant in pace. Amen. 1856-1956".

Es una imagen del Cristo de la providencia que podemos ver en el interior del oratorio de la escuela de Cristo, en cuya fachada trasera está colocado el azulejo.


sábado, 10 de agosto de 2013

Los retablos cerámicos de la Calle Ximénez de Enciso (1).



En la Calle Ximénez de Enciso, sobre la fachada trasera del Oratorio de la Escuela de Cristo, podemos ver a cierta altura dos retablos cerámicos a los que hay que prestarle cierta atención ya que, bien por la altura en la que están colocados, o bien por la estrechez de la vía, es difícil verlos al pasar si no fijas tu mirada en ellos.

El retablo más bajo está dedicado a María Madre de Misericordia ("Consuelo de los Afligidos") y fue realizado por Facundo Peláez Jaén y fabricado el Cerámicas Santa Ana en 1955.
Es un retablo cerámico pintado a mano compuesto por treinta y cinco piezas de azulejo y donde se representa la efigie de la Virgen Madre de Misericordia arrodillada y con las manos entrelazadas. Presenta puñal en el pecho y saya y manto en colores rojo y azul respectivamente.

Está representada la imagen de la Virgen que podemos ver en el interior del Oratorio.


sábado, 3 de agosto de 2013

Un pequeño retablo de la Virgen de los Reyes.



En la Avenida del Cardenal Ilundáin esquina con Avenida de Manuel Siurot, en el edifico que ocupa actualmente Triodos Bank, ns encontramos con este pequeño retablo cerámico dedicado a la Virgen de los Reyes.
La imagen fue realizada por Antonio Kiernam Flores y fabricado en Cerámicas Santa Ana a mediados del siglo pasado.





lunes, 8 de julio de 2013

La Plaza de la Escuela de Cristo (8): el azulejo de "la Adoración de los pastores".




Sobre una de las paredes de la plaza hay una pila de agua rodeada de macetas.

En dicha pared y en un espacio superior a dicha pila podemos ver este azulejo dedicado a "la Adoración de los pastores" que supone un homenaje al Obispo Don Juan de Palafox y Mendoza . El azulejo fue pintado en 1977 por A. Morilla y fabricado en cerámicas Santa Ana.

La imagen es una copia de un lienzo similar que se realizó en el siglo XVII y está depositado en la Catedral mejicana de Puebla ( catedral de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción), una ciudad del centro-este del país y cuyo nombre oficial es Puebla de los Ángeles.


En la última foto de esta entrada podemos ver el cuadro original de la Catedral de Puebla. En dicha foto vemos el llamado Altar de los Reyes de dicha catedral. A él nos vamos a referir como origen de este azulejo.

El primer cuerpo de este altar se compone por pilastras cuadradas y capitel jónico y en cada intercolumnio están las esculturas de Luis IX de Francia y Santa Isabel de Hungría. En la parte media de este cuerpo se halla el Sagrario con cuatro columnas salomónicas, en el nicho de cristal está la imagen de Nuestra Señora de la Defensa sobre una peana y columna de plata.

En los lados colaterales de este sagrario nos apararecen dos óleos: el nacimiento del Niño Jesús, óleo donde está representado el propio Obispo de Puebla, Don Juan de Palafox y Mendoza (óleo visto de frente, a la derecha) y la adoración de los Santos Reyes (a la izquierda). Todas las pinturas de este altar fueron realizadas por el arquitecto y pintor español Pedro García Ferrer cercano familiar del Obispo Palafox.

Pues este óleo de la izquierda es el representado en el azulejo de la Plaza de la Escuela de Cristo.



Pero ¿quién fue Juan de Palafox y Mendoza? Esta es su historia.

Juan de Palafox y Mendoza (Fitero, 24 de junio de 1600 – Osma, 1 de octubre de 1659), obispo español, ejerció su obispado en Puebla de los Ángeles (México) y más tarde en Osma. Desempeñó asimismo el cargo de consejero del Consejo Real de Indias entre 1633 y 1653.

Era hijo de Don Jaime Palafox, Marqués de Ariza. Nació en Fitero (Navarra). Estudió en Alcalá de Henares y en Salamanca. En 1626 era diputado de nobleza en las cortes de Monzón y, poco después, fiscal de los Consejos de Guerra e Indias. 

Fue ordenado sacerdote y se lo asignó capellán de María Ana de Austria, hermana de Felipe IV, a quien acompañó en varios viajes por Europa.

En 1639 fue presentado por el Rey como Obispo de Tlaxcala (cuya sede era la ciudad de Puebla de los Ángeles), en Madrid. Siendo confirmado por el Papa Urbano VIII, el 27 de octubre de ese mismo año. Se distinguió por sus esfuerzos en la protección de la población indígena de los colonizadores españoles, prohibiendo emplear cualquier método de conversión que no fuera el de la persuasión.

Fue nombrado también visitador y comisionado para someter a juicio al Virrey Don Diego López de Pacheco Cabrera y Bobadilla, Duque de Escalona y Marqués de Villena, de cuya fidelidad al Rey se dudaba en la Corte. Palafox llegó en secreto a la Ciudad de México y la noche del 9 de julio de 1642 mandó arrestarlo, confinándolo en el Convento de Churubusco. Confiscó y remató sus bienes y lo remitió a España.

Durante este periodo, Juan de Palafox ocupó temporalmente el cargo de Virrey de Nueva España, en funciones desde el 10 de junio al 23 de noviembre de 1642. En este lapso formó las ordenanzas para la Universidad, la Audiencia y los abogados, y levantó 12 milicias para la defensa, pues temía que pudieran propagarse por la Colonia las revoluciones de Portugal y Cataluña.

En Puebla fundó el convento de religiosas dominicas de Santa Inés; redactó constituciones para el seminario de San Juan y erigió los colegios de San Pedro (para gramática, retórica y canto llano) y el de San Pablo (para grados académicos) al que dotó de una excelente biblioteca, hoy llamada Palafoxiana. Creó el colegio de niñas dedicado a la Purísima Concepción y dedicó sus mejores esfuerzos a terminar la Catedral, que consagró el 18 de abril de 1649.


Vacante la sede Metropolitana por la muerte de Monseñor Don Feliciano de Vega y Padilla (1641) mientras viajaba desde Acapulco, el Cabildo eclesiástico lo eligió Arzobispo de México el 12 de noviembre de 1643.

Su defensa de la Jurisdicción episcopal es un capítulo que sólo puede entenderse teniendo presente la responsabilidad del Obispo como ejecutor de las disposiciones del Concilio Tridentino. El gesto de la designación de Conservadores (mayo de 1647), que llegaron a declarar Sede Vacante con el Obispo presente en el territorio, haciendo caso omiso de tres provisores designados legítimamente para suplirle en caso de ausencia, revestía una gravedad tal, que, según diagnosticaba Palafox, amenazaba la estructura misma de la Iglesia. Sobre el tema escribió Palafox mucho y muy claro, obligado a contrarrestar la propaganda de sus adversarios. Sin embargo, en la historiografía eclesiástica, su versión ha tenido menos eco que la contraria.

A causa de no ser aceptado por los regulares a sujetarse a visita y examen, conforme lo disponían varias cédulas reales, Palafox nombró 36 curas regulares y erigió otras tantas parroquias.
Debido a su papel en el contencioso mencionado, encontró la hostilidad de los jesuitas (1645), lo que motivó su gran animadversión hacia ellos. En dos ocasiones (1647 y 1649) manifestó mediante quejas formales ante el papado de Roma sus desavenencias. Inocencio X, sin embargo, rechazó estimar sus censuras, y todo lo que pudo obtener fue un informe de 14 de mayo de 1648 que instaba a los jesuitas a respetar la jurisdicción episcopal.

En 1653 los jesuitas consiguieron su traslado a España.

En España fue nombrado obispo de Osma, donde murió a los pocos años. Está enterrado en su Catedral, en una capilla cuyo nombre es Capilla del Venerable Palafox.