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domingo, 24 de febrero de 2013

El Centro del Mudéjar (8): Elementos de Madera.




Los artistas mejor pagados de la época mudéjar eran los artesanos de la madera. Ellos eran unos expertos en utilizar las formas geométricas y creaban almizates, pechinas o piñas de mocárabes gracias al conocimiento de los elementos geométricos que adquirieron durante cientos de años.

Estos carpinteros eran capaces de construir las cubiertas de los edificios y de diseñar complejas decoraciones geométricas con pocos instrumentos, sólo el compás, la escuadra, el cartabón, la sierra y el banco del carpintero, sin planos ni maquetas.


Estas piezas que vemos arriba son taujeles con decoración de "Candelieri" realizadas en madera policromada. Los alfarjes (techumbres planas a base de vigas y alfangías o taujeles) de tradición mudéjar se decoran ya en pleno siglo XVI con técnicas y estilos renacentistas, complejos "candelieri" y roleos de inspiración italiana ocupan la superficie tanto de las vigas como de los taujeles (tablas que colocadas sobre las vigas conforman el tablero plano sobre el que descansa la solería del piso superior).

Estos taujeles pertenecen a un alfarje de la ampliación del Palacio de los Marqueses de la Algaba en 1540.



Estas pechinas están fabricadas en madera de pino ensamblada y agramilada y están fechadas a principios del siglo XVI.

Las pechinas mudéjares suelen consistir en triángulos planos, profusamente decorados, limitados por los cuadrales y el ángulo que forman las paredes de la sala. Su función es permitir pasar de una planta cuadrada a una ochavada en las armaduras.

Estas pechinas están decoradas con el tradicional lazo de 8, el más común en la decoración mudéjar.



Este fragmento de un paño de arrocabe está fechado en el siglo XIV y está fabricad en madera de pino policromada.

La tradición almohade de enriquecer las armaduras y alfarjes con decoración de tipo vegetal, geométrica y epitáfrica tallada, tuvo la continuidad en el periodo mudéjar.

Este friso de armadura estaba destinado a decorar y enmascarar los ensambles de unión entre la armadura y el muro. Con restos de policromía, se modulan con un patrón principal de arco polilobulado que integra un refinado juego de atauriques con roleos y en el centro una venera con flor de lis.


Este almizate proviene del desaparecido Palacio de los Marqueses de Gelves y está datado entre el siglo XV y el XVI.

Esta pieza es un ejemplo de la carpintería de lazo de 8 andaluza o lazo occidental que formaba parte de una armadura apeinazada, es decir, que la estructura y la decoración están unidas.


Realizadas con la técnica del desjarretado, ensamble a inglete, agramilado y claveteado, produce la lacería adaptándose a la forma de su estructura realizando composiciones decorativas y ocultando el ensamble entre  las aspillas y los costadillos.

Estos canes en madera tallada provienen del Museo Arqueológico. fueron comunes en las construcciones del siglo XV y XVI. Vistos frontalmente parecen adoptar la forma de la quilla de un barco, están flanqueados por dos grandes flores de lis talladas y a ambos lados presentan también un nudo de tradición almohade.






Estas piñas de mocárabes provienen del desaparecido Palacio de los Marqueses de Gelves y estaban depositados en el Museo Arqueológico.

Esta piña se forma al yuxtaponer una serie de listones prismáticos cuyos extremos inferiores están cortados o tallados con superficies cóncavas y esféricas, creando así formas arracimadas.
Las piñas tienen un mástil central en la parte superior para la sujección al almizate.


sábado, 23 de febrero de 2013

El Centro del Mudéjar (7): Capiteles, sillares y yeserías.




Los elementos arquitectónicos y decorativos son numerosos en el Centro del Mudéjar, desde columnas y capiteles hasta techos de madera, aunque de los elementos de madera nos ocuparemos mañana.


Aquí podemos ver un capitel de moñas o castañuelas del siglo XVI en mármol blanco proveniente de la Colección Municipal depositada en el Museo Arqueológico.

Estos capiteles, tan abundantes en el caserío histórico de Sevilla, son el resultado de la estilización del capitel clásico mezclando la decoración de las volutas del orden jónico, las hojas de acanto del orden corintio y, a su vez, coronado por el cimacio como moldura de paso del entablamento.

Fueron muy utilizados en el siglo XV en los claustros conventuales y en los patios de las casas-palacios sevillanas. Curiosamente hay muchos de ellos que fueron traídos directamente de Génova por las familias genovesas afincadas en Sevilla.


Este fragmento de yesería es del año 1550 y proviene del mismo Palacio de los Marqueses de La Algaba.

La yesería mudéjar es un trabajo ornamental de artes aplicadas utilizado por los alarifes mudéjares en distintas épocas. Los musulmanes tenían tradición de trabajar especialmente el yeso como material de decoración.

Para la ejecución de este trabajo se emplearon distintas técnicas. La talla o técnica de cuchillo requiere un proceso de cribar, amasar la mezcla húmeda y tallado. El acabado final se realiza limpiándolo y puliendo hasta quedar brillante.

La técnica del molde se empleó mucho para los frisos repetidos o para las inscripciones en los sepulcros o las obras realizadas en los púlpitos. Primero se dibujaba el tema haciendo una incisión y elaborando la talla. Se hacía un vaciado y se trabajaban distintos niveles hasta conseguir los temas habituales vegetales o de epigrafía que finalmente podían pintarse o dorarse. Esta pieza que vemos arriba puede ser un ejemplo de esta técnica.


Esta pieza está realizada en piedra caliza biogénica y es un sillar-cornisa proveniente de la portada del Colegio Mayor de Santa María de Jesús.

Es una cornisa gótica con puntas de diamantes del siglo XVI.

viernes, 22 de febrero de 2013

El Centro del Mudéjar (6): Lápidas.




Son varias las lápidas sepulcrales que podemos ver en el Centro del Mudéjar, todas provenientes de la Colección Municipal depositada en el Museo Arqueológico.

Esta primera es de mármol y formaba parte del Lapidarium del Convento de Santa Clara. En escritura gótica tiene la siguiente leyenda: "Aquí está enterrado el noble barón Diego de Escobar caballero del Arzobispo de Sevilla. falleció a 21 de Septiembre año de 1514".


Esta lápida no es sepulcral y tiene un carácter institucional. Es una lápida epigrafiada del Arzobispo Diego de Deza con la inscripción fundacional del Colegio de Santo Tomás. Es de mármol.
En ella se contiene el siguiente texto:

Este collegio de religio
sos fundó y dotó el Re(verendísi)mo Señ
or Don Diego de Deça, Arçobis
po de la Santa Iglesia de Sevi
lla de la orden de los predica
dores a servicio de Dios y
para defender la nuestra
fe católica  y fue instit
uido para que el principal
estudio que en él se ha de
tener es en la sagrada escrip
tura y en la doctrina de los san
tos doctores y acabose año de 1517.


Del Lapidarium del Convento de Santa Clara tenemos también esta lápida sepulcral realizada sobra mármol y adornada con argollas de hierro. Con letra gótica tardía y anagrama, el texto dice lo siguiente: "Esta capilla y entierro es de Bernardino Isla padre del muy reverendo Señor Bernardino de la Isla y sus sucesores".

La familia Isla tenía en Sevilla una importante compañía mercantil que comerciaba con productos traídos de Flandes y de las Indias.

jueves, 21 de febrero de 2013

El Centro del Mudéjar (5): brocales, anafes, botijos y tinajas.




Uno de los apartados más importantes del Centro del Mudéjar es su colección de cerámicas de gran tamaño, desde brocales de pozo hasta tinajas pasando por redomas, morteros o anafes de gran valor histórico. Todas las piezas que les voy a presentar hoy pertenecen a la colección Municipal y provienen del Museo Arqueológico.


Estas dos imágenes de arriba pertenecen a una misma pieza, es un brocal de pozo o aljibe mudéjar del siglo XIV realizado en barro cocido y vidriado.

Por la función que realizan y la técnica utilizada, los brocales mudéjares son una continuación de los brocales realizados en época de los reyes almohades. Este, en concreto, es un brocal cilíndrico con decoración estampillada e incisa en el borde superior resaltado y en las tres franjas inmediatas.

Se han utilizado elementos decorativos de raíz islámica con atauriques estilizados (es decir, un adorno de formas geométricas que imita formas de hojas, flores, frutos, cintas, animales, y aparece frecuentemente en las paredes de ciertas construcciones árabesy elementos arquitectónicos simplificados.

El brocal es un parapeto sólido que, por seguridad y utilidad, rodea un pozo a nivel de superficie. Es habitual que sobre él se instale una polea, para subir el recipiente que contenga el agua extraída. También se suele colocar sobre el brocal una tapadera para evitar que caiga suciedad al interior del pozo.


En la foto de arriba podemos ver un ejemplo de tinaja mudéjar. Está realizada en barro blanco con engobe claro. Tiene una forma de globo con base troncónica y cuello alto troncónico invertido, aunque esté roto.

Tiene unas franjas decorativas estampilladas que recubren gran parte de su superficie.

En la parte inferior tiene una banda de arco polilobulados de tradición nazarí a la que se yuxtaponen franjas más estrechas con temas geométricos entrelazados.

Conserva parte de las asas en forma de aleta que la vinculan con los modelos islámicos.


En la foto de arriba podemos ver un anafe (pieza mayor), un mortero y una redoma.

El anafe, de barro cocido, tiene una forma de tronco invertido, base plana y abertura lateral por donde introducir las brasas (el combustible) para mantener el fuego que calentará la olla puesta sobre la boca superior del utensilio.

El mortero era un utensilio muy utilizado en la cocina para machacar los alimentos, de hecho ha llegado hasta nuestros días. Éste, en concreto, fue hallado en los restos de la bóveda de la desaparecida Iglesia de San Miguel. En la antigüedad se utilizaban en las bóvedas y techos elementos de barro como relleno de los mismos para aligerar el peso de éstos.

Tras la revolución de 1868 en la que desapareció esta iglesia (y la de Santa Lucía) algunas piezas de barro mudéjares salieron a la luz.

La redoma de la foto también proviene de los escombros del citado templo y permite hacernos una idea de la finura de los trabajos en el barro aunque sean utensilios de lo más común.

La estilizada silueta tiene reminiscencias islámicas vinculadas a las botellas y jarras almohades aunque también recuerda las formas europeas del gótico.





miércoles, 20 de febrero de 2013

El Centro del Mudéjar (4): Sellos y Escudos.




Proveniente del Museo de Artes y Costumbres Populares podemos ver en el Centro Mudéjar estos ejemplos de escudos heráldicos fechados entre el siglo XIV y el XVI.

El de arriba a la izquierda pertenece a la familia Ribera y está realizado en barro impreso cocido, se ha utilizado la técnica de arista y está esmaltado en verde, melado y blanco.

El de abajo a la derecha es de la familia Fernández de Córdoba, Condes de Cabra, está realizado en barro cocido, se ha utilizado la técnica de cuerda seca hendida con manganeso y está esmaltado en verde, melado, azul y blanco. En su interior está escrito el lema "Sine ipso factu est nihil", cuya traducción puede ser algo así como "Sin él nada ha sido hecho".

El escudo izquierda de la parte de abajo pertenece a la familia Hurtado de Mendoza y está realizado en barro cocido siguiendo la técnica de la cuerda seca hendida y esmaltado en verde, melado, negro y azul. En su interior podemos leer el lema "Ave María, Gratia Plena".

No cabe duda de que la importancia de la aristocracia en Sevilla creció en los siglos XV y XVI debido al status de jefes militares que muchos de ellos tenían en una ciudad que casi era frontera con el mundo musulmán. Si a esto le añadimos la aparición de un patriciado urbano gracias a la mejor explotación agrícola y otros recursos productivos, se va a formar una mezcla en la ciudad en la que van a aparecer muchas familias con grandes recursos económicos dispuestos a construir nuevas casas y palacios y hacer ostentación de su linaje. Este linaje se hacía evidente con los escudos familiares como los que vemos en las fotos.


Este conjunto de matrices de sellos en bronce proviene de la Colección Municipal depositada en el Museo Arqueológico de Sevilla.

Pertenecieron a diferentes estamentos de la sociedad sevillana y reflejan, al mismo tiempo, la dignidad y el poder de su dueño. Fueron utilizados para certificar documentos y señalar la propiedad de los objetos más diversos. Fueron realizados con motivos alusivos a su propietario, siendo usados a modo de anillos.

De estos de la foto, la mayoría pertenecieron a familias judías y son anteriores a 1492, pues eran los judíos los que detentaban el poder político y económico en la ciudad antes de esta fecha.

Otros sellos pertenecen a órdenes religiosas, franciscanos, dominicos y mercedarios.

martes, 19 de febrero de 2013

El Centro del Mudéjar (3): Origen de las piezas.



En el Centro del Mudéjar se han expuestos piezas de distintas procedencias.

Veinte de ellas proceden de la colección arqueológica municipal en depósito desde 1940 en los almacenes del Museo Arqueológico de Sevilla y, entre las que sobresalen, tinajas mudéjares, sellos y utensilios domésticos de la misma época de especial valor.


De este mismo museo, y pertenecientes a su colección estable se prestarán 44 piezas entre las que destacan una Pila Bautismal donada por el pintor Virgilio Mattoni, canes polícromos del siglo XV procedentes de la iglesia mudéjar de San Marcos, fragmentos de yeserías procedentes del Convento de Madre de Dios, paños de arrocabe, almizates y piñas de mocárabes de madera así como pechinas mudéjares de Santa Clara, muestra de la pervivencia del Mudéjar y de la carpintería de lo blanco en 1600.


El Museo de Artes y Costumbres Populares ha cedido 19 azulejos que son un perfecto ejemplo de las técnicas de arista, cuerda seca y azulejos por tabla.

El Museo de Bellas Artes de Sevilla depositada en el Museo de Artes y Costumbres Populares, ha prestado una acuarela de Joaquín Guichot de 1872 que representa la fachada del Palacio de los Marqueses de la Algaba, y que también ha sido restaurada por el Ayuntamiento para esta ocasión junto a los taujeles del Palacio que presta la Gerencia de Urbanismo.

El conjunto se completa con las 20 piezas de la colección municipal que se encontraban en la Torre de don Fadrique de Santa Clara.

Un resumen de todo esto vamos a ver en las siguientes entradas.

lunes, 18 de febrero de 2013

El Centro del Mudéjar (2): el techo del Salón de Doña Leonor.



De la zona visitable por el público es digna de reseñar el techo de la sala que lleva el nombre de "Salón de doña Leonor".

Este salón adquirió este nombre por Doña Leonor de Acuña (siglo XVI) que fue hija del II Conde de Buendía, Don Lope Vázquez de Acuña, esposa de Don Rodrigo de Guzmán, III Señor de La Algaba, y madre de sus catorce hijos.


Su heráldica aparece junto a la de la familia de su marido en las vigas del techo de esta sala que originariamente estaría iluminada por una ventana al jardín que fue sustituida por la actual puerta, abierta en tiempos de Eugenio de Palafox (1817) como nueva entrada al Palacio.

Los escudos nobiliarios se confunden con una policromía basada en motivos vegetales muy elaborada.


domingo, 17 de febrero de 2013

El Centro del Mudéjar (1): el Palacio de los Marqueses de La Algaba.



El Palacio de los Marqueses de La Algaba fue mandado construir en 1474 por Juan de Guzmán, primer Señor de La Algaba (el título de Marqués de la Algaba vendría más tarde, es un título nobiliario creado por el rey Felipe II en 1568 a favor de Francisco de Guzmán, hijo del IV Señor de La Algaba).

Éste amplió el edificio en el siglo XVI, fecha de la que aún permanece en pie la mayor parte de la obra.

Posteriormente, el edifico tuvo varios propietarios y usos. En su planta baja se instaló el Teatro Hércules o Teatro de la Feria, más tarde fue corral de vecinos y hasta cine de verano.

Entre 1988 y 2002 el Ayuntamiento de Sevilla provisionó fondos europeos para su rehabilitación y desde Enero de 2013 es el Centro Mudéjar de Sevilla.


La portada principal posee dos cuerpos: el inferior construido con sillares de piedra, y el superior decorado con azulejos polícromados.


El interior se organiza en dos plantas alrededor de un patio central dispuesto sobre arquerías, las cuales estaban sostenidas por columnas de mármol procedentes de Génova, la mayoría de las cuales no se han conservado.


Lateralmente puede verse una torre de estructura similar a la de la Torre de los Guzmanes situada en el municipio de La Algaba. Destaca el artesonado original de una de las salas de la planta baja, con dibujos formados por elementos vegetales y escudos de armas, asi como la grandiosa escalera principal, que ha sido reconstruida minuciosamente.


Anteriormente existía un paso elevado o arquillo que comunicaba directamente el palacio con la cercana Iglesia de Omnium Sanctorum, pero fue derribado en el siglo XIX.