domingo, 20 de julio de 2014

La tumba de los 61 soldados.



En el cementerio de San Fernando reposa una gran parte de la historia de nuestra ciudad. Tal como se entra al mismo nos encontramos a la izquierda un pasillo entre setos que nos lleva directamente a un pedestal como el que vemos en la foto coronado por una columna y una cruz.
En el frontal del pedestal nos encontramos con la inscripción donde se resalta el valor heróico de 61 soldados que murieron en Sevilla, ciudad a la que llegaron moribundos a causa de las heridas sufridas en la guerra de África en la guerra contra los moros.
En las otras tres caras del pedestal están cincelados en mármol el nombre de cada uno de ellos.


La Guerra de África o Primera Guerra de Marruecos fue el conflicto bélico que enfrentó a España con el sultanato de Marruecos entre 1859 y 1860, durante el período de los Gobiernos de la Unión Liberal del reinado de Isabel II de España.
Desde 1840, las ciudades españolas de Ceuta y Melilla sufrían constantes incursiones por parte de grupos marroquíes de la región del Rif. A ello se unía el acoso a las tropas destacadas en distintos puntos, sobre todo en 1844, 1845, 1848 y 1854. Las acciones eran inmediatamente contestadas por el ejército, pero al internarse en territorio marroquí los agresores ponían emboscadas. La situación volvía a repetirse de forma habitual.


En 1859 el gobierno de la Unión Liberal, presidido por su líder el general Leopoldo O'Donnell, firmó un acuerdo diplomático con el sultán de Marruecos que afectaba a las plazas de soberanía española de Melilla, Alhucemas y Vélez de la Gomera, pero no a Ceuta. 
Entonces el gobierno español decidió realizar obras de fortificación en torno a esta última ciudad, lo que fue considerado por Marruecos como una provocación.
Cuando en agosto de 1859 un grupo de rifeños atacó a un destacamento español que custodiaba las reparaciones en diversos fortines de Ceuta, Leopoldo O'Donnell, Presidente del Gobierno en aquel momento, exigió al sultán de Marruecos un castigo ejemplar para los agresores. Sin embargo, esto no sucedió.
Razón suficiente para que el gobierno español decidiera invadir el sultanato de Marruecos.


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