jueves, 23 de agosto de 2012

Monumento a Juan Pablo Duarte.



No sé si es por nuestra vinculación con América y su conquista o por dejadez de nuestros políticos municipales, lo cierto es que en Sevilla tenemos cierta propensión a ponerle una estatua o un monumento a aquellos personajes americanos (la mayoría descendientes directos de españoles que viajaron a América) que se levantaron en armas contra el Imperio Español.
Ya hablamos en su momento de la estatua ecuestre que Simón Bolívar tiene en la Avenida de la Palmera o del busto que el cubano José Martí tiene en su honor en el edificio del Museo del Carruaje en la Plaza de Cuba.
Al final de la Avenida de la República Argentina, en lo que es la Glorieta de la República Dominicana, podemos ver el monumento dedicado "al patricio Juan Pablo Duarte", uno de las figuras claves de la independencia de la República Dominicana de Haití y de España. Este busto fue una donación de la Secretaría de Estado de la República dominicana a Sevilla y fue realizada por el escultor Félix Tejada.
























Duarte nació el 26 de enero de 1813 en el Santo Domingo colonial (actual Ciudad Colonial) durante el periodo de la "España Boba", un período de la historia de la República Dominicana.

La guerra que España libraba en Europa y el hecho de que colonias más ricas estaban en proceso de independencia, eran la causa del escaso interés de las autoridades peninsulares españolas, hacia su colonia en Santo Domingo en el periodo comprendido entre 1809 y 1821. Santo Domingo había agotado las riquezas que llamaban la atención en España. La poca atención de las autoridades españolas hizo que este periodo fuera conocido popularmente como La España Boba.

Los padres de Duarte emigraron a Puerto rico para evitar a los franceses. En la ocupación de la parte española de la isla, el legendario gobernador negro Louverture, estaba siguiendo las indicaciones otorgadas por los gobiernos de Francia y España en la Paz de Basilea, firmado en 1795, el cual España le había cedido la parte española a Francia.

El 1 de diciembre de 1821 Duarte tenía apenas ocho años cuando el escritor y político José Núñez de Cáceres declara la breve independencia del dominio español, y cambió el nombre de la ex colonia española a Haití Español. El grupo selecto y privilegiado de las personas que él representaba estaban cansados de ser ignorados por la Corona, y algunos estaban preocupados también con el nuevo giro liberal en Madrid.

El 16 de julio de 1838 Duarte fundó una sociedad secreta a la cual llamó La Trinitaria, que ayudó a socavar la ocupación haitiana. Los trinitarios hacían su trabajo político a partir de una estructura celular clandestina. Los iniciados hacían el juramento de luchar por la independencia de la República Dominicana bajo el lema "Dios, Patria y Libertad".

En 1840 para sus actividades públicas constituyeron otra sociedad llamada La Filantrópica, que llevaba por lema "Paz, unión y amistad", y tenía una presencia más pública, tratando de difundir las ideas veladas de liberación a través de escenarios teatrales.
Los trinitarios se unen al movimiento revolucionario haitiano denominado La Reforma que derrocó a Boyer en febrero de 1843, colocando a Charles Hérard en la presidencia de Haití.

Duarte encabezó dicho movimiento en la ciudad de Santo Domingo, desempeñando un papel decisivo que lo convierte en el líder político principal en ese entonces.En 1843, en pleno preparativo para organizar el movimiento de independencia, Duarte tiene que abandonar el país de manera clandestina hacia Curazao por su conducta insurgente.

Juan Pablo Duarte regresó a Santo Domingo días después de declarada la independencia del país el 15 de marzo de 1844, cargado de las armas que había comprado en Curazao con el dinero de su propia familia, siendo recibido apoteósicamente como Padre de la Patria y designándosele como general del ejército y vocal de la Junta Central que gobernaba la naciente república. Duarte fue apoyado por muchos como candidato a la presidencia de la república. Mella lo declara presidente, pero Duarte declina diciendo que sólo aceptaría si votaran por él la mayoría de los dominicanos. 

Enviado a combatir al ejército haitiano, entra en contradicciones con Pedro Santana, terrateniente, jefe del ejército en el sur del país y uno de los principales caudillos del sector conservador, de tendencias colonialistas y anexionistas. 

El 26 de mayo de 1844, Tomás Bobadilla, jurista y primer gobernador de la nueva Junta, propuso que la república fuera protectorado de Francia. Como dicho sector se había adueñado del poder y tenía mayoría en la recién creada Junta Central Gubernativa para imponer la conversión del nuevo país en un protectorado francés. El 9 de junio, Duarte encabezó junto a Sánchez un golpe de estado que destituyó a Bobadilla y sustituyó los miembros conservadores de la Junta Central por otros liberales. Esta nueva Junta, ahora encabezada por Sánchez, envió a Duarte y a Mella a la región norte a conseguir apoyo. En julio, el ejército del norte proclamó a Duarte como presidente. A pesar de que Duarte no aceptó, Santana protesta y apoyándose en el ejército del sur, entró a Santo Domingo y disolvió la Junta que presidía Sánchez, creando otra.

Santana dispuso el apresamiento de Duarte, quien se rehusaba volver al dominio español. Sin embargo, se dejó apresar para evitar una guerra civil que pudiera ser aprovechada por los haitianos; y el 10 de septiembre, Santana declaró a Duarte, Sánchez, Mella y otros liberales "traidores a la Patria" enviándolos al exilio en Hamburgo. Tras una breve estancia de en Hamburgo, el 30 de noviembre se trasladó a La Guaira, donde su familia completa, ahora sumida en la miseria, también había sido desterrada por Santana.
El 24 de marzo de 1864, Duarte regresa a Santo Domingo para ponerse a las órdenes del gobierno restaurador en armas de Santiago de los Caballeros. Este gobierno decidió nombrarlo su representante en el exterior con la misión de obtener apoyo de Venezuela y los demás países en la lucha militar contra España. 

La misión encargada a Duarte terminó por convertirse en otra especie de exilio. Aunque le habían cedido una pensión honorífica, terminaron incumpliéndola y Duarte se quedó con su familia subsistiendo de una fábrica de velas en Venezuela.

A pesar de que el presidente Ignacio María González le pidió que regresara, esta vez la ausencia fue definitiva. Duarte murió el 15 de julio de 1876 en Caracas. Sus restos fueron trasladados a suelo dominicano en 1884, irónicamente, por el gobierno de Ulises Heureaux (de ascendencia haitiana), quien lo declaró Padre de la Patria junto a Francisco del Rosario Sánchez y Matías Ramón Mella.

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