lunes, 5 de marzo de 2012

El órgano de San Isidoro.



Es verdad que para los que no somos muy versados en música, como es mi caso, los órganos barrocos de las iglesias de Sevilla (hay unos treinta aproximadamente) no nos llaman la atención como puede hacerlo una imagen o un cuadro religioso.
Sin embargo la belleza de éste de la Iglesia de San Isidoro me llamó la atención, sobre todo (ya que no he podido escuchar sus notas musicales) por su belleza estética.
Sin embargo, después de indagar algo sobre su historia, me gustaría dedicarle unos minutos de reflexión.
La Iglesia de San Isidoro, como todos sabemos, ha sido restaurada, pues bien, ésté órgano felizmente también ha pasado por la cirugía de la restauración y reinstalación.
Este instrumento, construido en 1785 por José Antonio Morón, ha estado durante muchos años desmontado y embalado fuera de su ubicación original hasta que el párroco de San Isidoro, José Luis Peinado, le encargó la labor de restauración al organero Manuel Luengo.
El Sr. Luengo para realizar este proyecto se desplazó a la localidad de El Coronil para conocer sobre otro órgano allí instalado semejante a éste de San Isidoro.
Investigó sobre las piezas y sobre las forma de colocarlas según la costumbre del finales del siglo XVIII. También sobre los materiales utilizados.
Luego se puso manos a la obra y su labor dio sus frutos. Todos los elementos mecánicos fueron restaurados y reintegrados en el instrumento.
En todo el proceso se han utilizado colas orgánicas y pieles naturales. A su vez se ha recuperado la tubería original, reconstruyendo los tubos que faltaban con una aleación de estaño y plomo al 50 % aproximadamente, proporción de la tubería conservada, utilizando técnicas, como dijimos anteriormente, de la época del siglo XVIII.
La policromía de la caja ha sido realizada por Juan Alberto Filter e Isabel Rabadán. Los artistas han tratado de adecuar la caja nueva a su entorno dándole esos matices marmoleados en consonancia con el estilo de la época del instrumento.
Ahora queda que el instrumento sea utilizado para lo que realmente se instaló, para adornar sonoramente los distintos momentos de las liturgias cristianas. O simplemente para escuchar conciertos de órgano.


It is true that for people that are not very turned in music, since it is my case, the baroque organs of the churches of Seville (there are approximately thirty approximately) don´t not get our attention like an image or a religious picture can do it. 
Nevertheless the beauty of this one of San Isidoro's Church called my attention, especially (as I could not have listened to its musical notes) for its aesthetic beauty.

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